Tenga en cuenta que si existe desconfianza entre los socios, es casi seguro que el negocio está destinado al fracaso.
Elegir a una persona que nos acompañe en el proceso de formación de una empresa y se convierta en dueña de un porcentaje de las acciones de la misma no es un tarea fácil ni debe tomarse a la ligera, ya que será una de las decisiones más importantes de su vida como empresario.
Lo primero que debe considerar en este proceso de selección es que un amigo no necesariamente va a ser la mejor opción, asegura el coordinador del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la PUCP, Julio Vela.
“Mi pareja, por ejemplo, no tiene por qué compartir mis mismos sueños, ni pensar como yo, por lo tanto, quizá no sea una buena decisión elegirla”, refiere.
El experto aconseja buscar un compañero a quien le guste vender, encargarse de la producción, controlar las finanzas y que sea activo en la empresa. “No debemos esperar formar nuestra sociedad entre iguales, sino buscar a quien nos complemente”, recomienda.
Claridad
Vela sugiere que se ponga por escrito, mediante un contrato, qué espera de su socio y cuál será su participación en la empresa.
“Debe estar muy claro si solo va a poner dinero, si va a trabajar con nosotros y cuál será el compromiso que tiene”, manifiesta.
Esta medida, explica, permitirá que se eviten confrontaciones en un futuro en el caso de que cada miembro de la asociación decida tomar su propio camino.
Otro punto a considerar es que no todas las personas piensan como usted, por lo tanto, más allá de pretender imponer una idea, permita que su socio plantee algunas propuestas o que brinde soluciones que beneficien al negocio.
“Si intenta que todos hagan las cosas como usted las haría, se generarán frustraciones”, asegura.
Diario Peru21 (12.06.2012)
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