Deterioro de la calidad crediticia en las tarjetas aumenta. El número de tarjetahabientes morosos subió en 14.2% el último año. En los últimos tres años, préstamos en estos productos pasó de S/. 8,679 millones a S/. 12,119 millones.
En los tres últimos años, desde diciembre del 2010 hasta fines del 2012, el crecimiento de los préstamos con tarjetas de crédito para consumo ha sido espectacular, al pasar de S/. 8,679 millones a S/. 12,119 millones, esto es un aumento de 39.6%.
En el mismo periodo, el número de tarjetahabientes en el segmento de consumo creció de 1.8 millones a 2.3 millones de personas.
Un elemento significativo es determinar la cantidad de tarjetas que maneja cada cliente, para lo que es importante concentrarse en los clientes de tarjetas de crédito para consumo, ya que esto constituye una señal de alerta para los analistas sobre el riesgo del crédito otorgado.
Del total de tarjetas de créditos existentes en el sistema financiero, estimado en 7.3 millones, unas 6.9 millones se destinan a consumo. Esta cantidad, en manos de los clientes por tarjetas de créditos para consumo reportados en diciembre del 2012, representa que cada uno, en promedio, posee tres tarjetas.
Esta proporción no está muy lejos de los promedios históricos, aunque es elevada si se considera el nivel máximo aconsejable para asegurar un buen comportamiento de pagos, habida cuenta de que estas personas tienen otras obligaciones financieras por atender.
Esta alerta es más preocupante si se toma en cuenta que más del 30% de clientes tienen más de dos tarjetas de crédito para consumo en todo el sistema financiero. Asimismo, unas 275,531 personas tienen cinco o más tarjetas.
Ahora bien, el mayor uso de las tarjetas de crédito para consumo se da a través de la modalidad de compras, cuyos saldos representan el 58.3% del total; sin embargo, llama la atención que más de la cuarta parte de los saldos (el 26%) se explica por la disposición de efectivo, que no es motivo de uso de una tarjeta y resulta perjudicial dados los altos costos que conlleva para el cliente.
Esta característica, que se mantiene en los tres últimos años, resulta más peligrosa al observar que el incremento de los saldos totales por uso en la disposición de efectivo sea el mismo que por compras (14% en ambos tipos).
Como consecuencia de los comportamientos señalados en los usos de las tarjetas de crédito de consumo, es preocupante la situación contable de los saldos en cada modalidad. En efecto, al analizar el detalle de los totales, se constata que los crecimientos de los saldos en situación de “vencidos”, solo comparando el último año, han sido del 29.4% en la modalidad de disposición de efectivo, y del 30.9% en la modalidad de compras.
Esto es tanto más peligroso si se toma en cuenta que los clientes vencidos en ambas modalidades de uso de tarjetas de consumo, aumentan cada año en el transcurso del último trienio.
En el último año, los clientes con saldos vencidos en el uso de sus tarjetas de crédito para consumo en la modalidad de compras se incrementaron en más de 30,000.
Esto muestra el deterioro en la calidad de los usos y de los clientes de las tarjetas de crédito para consumo, tanto para disposición de efectivo como para compras. Se puede comprobar que actualmente hay más personas con problemas de pago de sus tarjetas para consumo que en años anteriores.
Así, en el último año existen 19.8% más personas con atrasos en los pagos de sus tarjetas de créditos por disposición de efectivo, y un 17.6% más con atrasos en el uso por compras. Comparados con diciembre del 2010, estos incrementos fueron de 59.6% y de 33.1%, respectivamente.
Para profundizar en el estudio de la morosidad de las tarjetas de crédito para consumo se pueden agregar los saldos en situación de cobranza judicial y refinanciados, registrados en las dos modalidades comentadas. Estos saldos tienen montos significativos y también aumentaron en los tres últimos años. Solo en el último año los saldos en cobranza judicial en la modalidad de uso por compras casi se duplicaron, pasando de S/. 5.8 millones a S/. 9.3 millones.
Pero más importante es resaltar que estos saldos de tarjetas de crédito para consumo con alguna dificultad de pagos involucran a gran cantidad de clientes. Es decir, la morosidad total de los clientes de tarjetas de crédito para consumo, sumando los vencidos, judiciales y refinanciados, llega a más de 329,000 personas y representan el 14.3% del total. Peor aún resulta observar que estos clientes aumentaron en 14.2% el último año, mientras que los clientes en situación de vigentes solo lo hicieron en 11.6%.
A todas luces las evoluciones de los principales usos de las tarjetas de crédito para consumo y del comportamiento de los atrasos en los pagos, indican que los niveles de riesgo crediticio son significativos en esta modalidad, lo que confirma que los clientes con calificaciones de Deficiente, Dudoso y Pérdida se mantengan en una proporción de alrededor del 14% respecto del total, en los tres últimos años.
Sin duda que esta es una inquietante señal de alerta para los análisis de este tipo de crédito que exigirá ser más cautelosas a las entidades financieras en el momento de evaluar las capacidades de pago hacia adelante, de los posibles sujetos de crédito. Pero también demandará una mayor supervisión en el uso de las tarjetas de crédito para consumo, pues existe una mala costumbre de una alta proporción de uso para disposición de efectivo que, evidentemente, es una grave distorsión en el uso de esta facilidad crediticia, incrementando sus costos para el cliente.
Además, es importante monitorear el potencial de sobreendeudamiento de los tarjetahabientes. En efecto, apenas un 25% del total de las líneas de tarjetas de crédito para consumo son utilizadas; es decir, los saldos disponibles (líneas no usadas) representan alrededor del 75%.
Diario Gestión (01/04/2013)
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