Varias estrategias de recursos humanos presentan un rostro desconocido. Por ende, entrar al fondo del asunto permitirá a las empresas gestionar mejor a sus colaboradores.
Mientras, para unas empresas, el teletrabajo garantiza la productividad de sus colaboradores; para otras, estar el día entero en la oficina determina la eficacia del trabajador. El portal Expansión analiza la otra cara de la moneda.
Teletrabajo
Aunque la nueva generación de colaboradores asegura que no es imprescindible laborar desde la oficina para garantizar la competitividad, esta alternativa puede desfavorecer tanto a los miembros de un equipo como a la propia empresa.
La larga lista de ventajas que brinda el teletrabajo supone la posibilidad de incrementar el desempeño laboral de cada trabajador como consecuencia inmediata de una conciliación entre la vida personal y profesional, el menor gasto que genera el mantenimiento de oficinas, los ahorros de tiempo de traslado, etc.
Sin embargo, existe una desventaja crucial en esta apuesta: la falta de control de la organización respecto a las actividades de sus colaboradores. Para los profesionales en busca de un ascenso, cinco días fuera de la oficina puede obstaculizar las vías de promoción.
La formación de redes de contacto también puede resultar afectada en este sentido, aunque aún cabe la oportunidad de comunicarse con otros colaboradores de manera puntual durante la semana.
Atado a la oficina
La incorporación de guarderías -y otras medidas similares- en las organizaciones conlleva a que muchos empleados pasen más tiempo en su lugar de trabajo. ¿Es esto saludable? Depende.
La mera presencia del colaborador en la oficina no determina su grado de aporte a la empresa. Por ello, quedarse hasta el final no equivale a mayor productividad ni desempeño laboral. La organización debe tener en claro que la permanecer en la oficina durante el día entero no es sinónimo de eficacia.
Rumores en los pasillos
Los creadores de chismes y rumores pueden figurar dentro de la lista de colaboradores ‘tóxicos’ de una empresa. Pero saber gestionar los efectos que producen estas personas resulta determinante.
Para Expansión.com, mantener la política de claridad y comunicación supone un seguro contra el caos y fortalece la colaboración. La organización necesita transparencia, y los empleados piden hoy, básicamente, que se les diga la verdad.
No obstante, los rumores y chismes de oficina pueden tener aspectos positivos para la firma y sus integrantes. El rumor bien usado puede ser beneficioso en términos de comunicación interna, para lanzar o recibir información que no circula por los cauces oficiales, o para aflorar ideas o innovaciones que tampoco seguirían las vías comunes de la organización.
Los rumores internos se consideran como la fuente de comunicación de la compañía con más credibilidad, porque en lo que más cree la gente es en lo que se escucha por los pasillos y en lo que sale en la prensa, antes que en los boletines y en la comunicación interna de la empresa.
Diario Gestión (30/07/2013)
¡Cuéntame qué te pareció!
Para poder publicar un comentario tienes que tener una suscripción Apúntate aquí o Inicia sesión.