¿Explotas al máximo tus potencialidades?¿Comprendes tus limitaciones? No descuides tu activo más importante
¿Usted cuánto vale? No, en serio. Entre su trabajo y lo que aporta a la sociedad, ¿qué tan valioso es? Muchos han reflexionado sobre esta pregunta, pero incluso después de numerosos estudios y cursos de filosofía es difícil determinar una forma de definir su valor personal.
En lugar de ello nos basamos en un término abstracto, lo que a los académicos les gusta llamar “capital humano”. Sin embargo, vale la pena tomarse el tiempo para comprender su capital humano, junto con su potencial y sus limitaciones, ya que puede ser una herramienta muy útil para evaluar y equilibrar sus riesgos financieros. Es importante que trate de ampliar constantemente su capital humano. Piense en ello como una forma de inversión.
Según su definición más simple, el capital humano es el activo que usted, personalmente, aporta todos los días. Es la realización de su potencial para obtener ingresos. Puede ser arriesgado y de corta duración (piense en la carrera de un atleta) o formal y previsible (como un profesor titular).
¿Por qué es importante su capital humano? Cuando usted tiene una idea del valor de su esfuerzo personal y del trabajo de toda su vida, usted puede planificar de forma más inteligente y tomar medidas para evitar o reducir los grandes riesgos en la forma como invierte o gasta su dinero. Pero hay un truco para evitar las arenas movedizas financieras: no sólo debemos considerar el valor personal que tenemos hoy, sino también la forma como podríamos crecer y cambiar.
Examinemos el caso de un abogado altamente especializado. Durante el auge de las compañías “.com” a finales de los noventa, su práctica ebullía a medida que captaba el público de las jóvenes empresas tecnológicas. Al mismo tiempo utilizaba sus conocimientos de la industria para invertir personalmente en acciones de compañías tecnológicas bien situadas, en lugar de reservar un poco de dinero para invertir en otros sectores. Pero cuando las ofertas se agotaron a raíz de la caída de las “.com”, su actividad principal se vio perjudicada y también se desplomaron sus inversiones.
La moraleja: no mezcle su carrera con sus activos financieros y vea el objetivo de largo plazo. Al abogado de nuestro ejemplo le habría ido mejor si hubiera tomado en cuenta la trayectoria de su propia carrera y su experiencia en los próximos 20 años; es decir, su propio capital humano.
“Analizar sus ingresos laborales actuales y futuros, e incluso las pensiones o la seguridad social, puede ayudarle a pensar acerca de su riqueza total”, en términos de su carrera y su valor, dijo David Blanchett, jefe de investigación sobre jubilaciones de Morningstar, un grupo de gestión de inversiones con sede en Chicago.
Desglose
Al igual que cualquier activo, el capital humano debe examinarse primero de forma independiente y luego en relación con sus finanzas en general. Examinemos estos otros ejemplos de mala diversificación del capital humano con respecto a los activos financieros: médicos que invierten en compañías farmacéuticas, basados en la idea de que su experiencia les proporciona información sobre el éxito de un nuevo medicamento; empleados de tecnología que creen que saben suficiente de la tendencia futura o profesionales del sector inmobiliario que compran bienes raíces sin límite.
En estos casos, podría parecer evidente que invertir su dinero en la profesión o en el campo del que surge su fuente de ingresos (y, por lo tanto, los dólares para su inversión) quizás no es muy sensato.
Pero muchas veces no pensamos mucho al respecto. Hay que preguntarles a los exempleados de Enron. Esa tragedia financiera es un ejemplo ya clásico que cegó a miles de personas que no pudieron darse cuenta de la relación entre su capital humano y sus activos financieros.
La quiebra de 2001 de la empresa de energía con sede en Houston, Texas, destruyó los ahorros de miles de empleados que habían invertido gran parte de su cuenta de jubilación directamente en acciones de la compañía.
En una medida muy tonta, cuando se ve retrospectiva, el floreciente gigante energético ofreció a los empleados acciones de la compañía en su plan de jubilación. En ese momento parecía una opción obvia de inversión debido a los rendimientos positivos de la empresa y a la creciente demanda mundial de energía. Sin embargo, cuando se desplomó la empresa, sucedió también lo mismo con los ahorros para la jubilación de los empleados.
Para Considerar
Blanchett, de Morningstar, plantea algunas preguntas para analizar: ¿Qué tan riesgoso es su capital humano? ¿Trabaja usted en una profesión o industria que es altamente volátil o susceptible a los ciclos económicos? ¿Están al día sus habilidades o se está volviendo obsoleto? ¿Debería invertir en educación para mejorar su valor? ¿Qué tan vinculados están su carrera o su ingreso con sus activos financieros? ¿Se ha diversificado? (¿desea hacerlo?) Y, ¿está su capital humano expuesto de forma subyacente a algo en lo que no ha pensado, por ejemplo una geografía, sector o tecnología en particular?
Los empresarios y propietarios de negocios, en particular, tienen que comprender el capital humano y cómo los prejuicios pueden obstaculizar la toma correcta de decisiones financieras. Porque estos individuos están tan plenamente dedicados a su ocupación, que su capital humano y sus activos financieros se encuentran entrelazados.
A veces eso significa tomar lo que muchos podrían considerar como una precaución extrema. Examinemos el caso de los agricultores.
“Estamos rodeados de tierras de cultivo en el centro del occidente (de Estados Unidos), y los agricultores entienden este concepto”, dijo Don Grant, un planificador financiero de Carey, Thomas, Hoover and Breault de Wichita, Kansas. “Asumen riesgos enormes con el cultivo de trigo, que es su principal fuente de ingresos, pero cuando invierten, tradicionalmente se aferran a los certificados de depósito y bonos del Tesoro de EE. UU.”
Dichos activos financieros ofrecen rendimientos estables y predecibles con poco riesgo o pérdida de capital, a diferencia de los altibajos de un producto básico como el trigo o el maíz, donde el ingreso de efectivo mensual o anual está vinculado al clima y a la demanda global.
Lo mismo se aplica al caso de aquellos que están en las altas finanzas. Con carreras tan vinculadas al volátil mercado de valores, los activos financieros de estos profesionales se inclinan hacia el lado más seguro.
Es importante que trate de ampliar constantemente su capital humano. Piense en ello como una forma de inversión. “Es aquí donde fracasa la mayoría de personas”, dijo Robert Pagliarini de Pacifica Wealth Advisors en Mission Viejo, California. “Pasan años de su vida aumentando su capital humano con la escuela y la universidad y luego consiguen un trabajo y olvidan aprender, crecer y ampliar sus habilidades”.
“Eso es un gran error”, añade. Por eso, la próxima vez que eche un vistazo a sus activos, ya sea trimestral o anualmente o cuando pague sus impuestos, tómese el tiempo para evaluar su capital humano: el activo más importante.
Diario El Comercio (04/04/2013)
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