1. ¿Cómo?
Si por un tema coyuntural prevemos menos ingresos o mayores gastos que nos impidan seguir pagando una deuda, lo recomendable es reprogramar.
“Voy al banco, explico la situación y se arma un nuevo cronograma con nuevas condiciones. Antes no se podía hacer eso”, señaló Mundaca.
“Debemos prever y acercarnos al ejecutivo de ventas del banco para no caer en incumplimiento”, sugirió.
Mundaca precisó, además, que la tasa de interés del crédito puede o no subir, dependiendo del acuerdo.
“Siempre es un tema de negociación y de cómo me muestre con el banco. Puedo comprometerme, por ejemplo, a cancelar todas mis tarjetas de crédito excepto una. Siempre es bueno negociar porque el ejecutivo de ventas va a presentar el caso al área de riesgos (del banco)”, comentó.
2. Refinanciamiento
Cuando caemos en mora, explicó Mundaca, solo nos queda refinanciar. “Eso genera un problema en nuestro récord crediticio. El banco me pondrá en una categoría inferior, probablemente en deficiente”, puntualizó.
Las consecuencias de la morosidad, aclaró, se extenderá a las demás entidades financieras con las que el cliente ha contraído deudas. “Si un banco me pone en clasificación deficiente, los otros tendrán que hacer lo mismo o colocarme al menos en riesgo potencial”, precisó.
Es decir, todos los bancos tendrán que generar más provisiones por mi deuda, y por ende seré más costoso.
3.Compra de deuda
Mundaca aclaró que la primera opción debe ser la compra de deuda, es decir, acercarnos a otra entidad financiera que ofrecerá cobrarnos una tasa de interés menor porque quiere captar un nuevo cliente. Por ejemplo, refirió, podría bajar de 16% a 14%.
“Una persona que va por la compra de deuda está en verde en el sistema, pero es de riesgo. Por ejemplo, la suma de todas sus líneas de crédito es cinco veces su sueldo y el 80% de su línea de crédito ha sido utilizada. Sin embargo, quiere arreglar su situación a tiempo”, sostuvo.
Diario Gestión (26/09/2014)
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