Si usted está a punto de formar una asociación, pero no está seguro de tener al socio adecuado, conozca las cinco pruebas de fuego para saber si ese negocio está destinado a perdurar o a terminar en un “divorcio”.
Un negocio exitoso puede derrumbarse porque sus fundadores son incapaces de resolver sus diferencias o descubrir a tiempo que jamás debieron formar una relación de negocios. De acuerdo a Forbes, las malas asociaciones pueden evitarse con la debida diligencia. Por tanto, conozca cinco indicadores de que su negocio va directo al fracaso:
1. La incapacidad o falta de voluntad para completar un acuerdo propio de la asociación:
Mientras un plan de negocios es básico para comenzar un negocio, un acuerdo también lo es en el caso de una asociación. Es una oportunidad para hablar acerca de los diversos escenarios a enfrentar, para hacer planes de contingencia, y negociar temas de actualidad.
Para algunos empresarios, las propias negociaciones simplemente será el punto final, ya que se descubren diferencias clave en las metas o revelan incompatibilidad.
La falta de compromiso, miedo al conflicto, la falta de confianza en la idea, entre otros, podría ser el motivo principal para la anulación de una eventual asociación.
2. Desequilibrio en las tareas y deberes:
Cuando usted está comenzando un negocio, hay mucho por hacer: analizar el mercado competitivo, poniendo los documentos legales en su lugar; establecer sistemas de contabilidad, contratar talento, desarrollar una base de clientes, crear alianzas estratégicas, y por supuesto, el trabajo real.
Es fundamental la búsqueda del equilibrio con respecto a la carga laboral. Ni evadir responsabilidades ni asumir demasiadas funciones. Ambos extremos se ven agravados a lo largo del tiempo. Se debe encontrar un contrapeso mediante una adecuada redistribución.
3. Diferentes valores financieros:
Si ganar dinero es mucho más importante para una de las partes, lo más probable es que su asociación marche hacia el fracaso, al no haber compatibilidad entre sus principales miembros.
¿Por qué? Si el dinero es el principal indicador de éxito, cada decisión que impacte o afecte el resultado final causará disconformidad. Se tendrá un campo de batalla como consecuencia.
4. La incapacidad para discutir de manera productiva:
Cuando los estilos de comunicación o los problemas emocionales evitan la resolución de conflictos, la relación sufre. El resentimiento se acumula con cada oportunidad perdida para afirmar, reconocer y resolver una diferencia de opinión.
La mayoría de las personas no les gusta el conflicto, pero es crucial para un negocio saludable. Si el debate y el desacuerdo están completamente ausentes, usted no está beneficiando el pensamiento crítico que nace a partir de puntos de vista opuestos.
Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no cuenta con mucha experiencia en cuanto a las habilidades necesarias para ofrecer un discurso respetuoso en medio de un conflicto. Algunas personas callan, otras simplemente pierden los papeles. Se necesita práctica y de vez en cuando un poco de entrenamiento para ser bueno en ello. Para empezar, ambas partes de la asociación deben establecer algunas reglas básicas y una secuencia que permita a cada persona a expresar su opinión.
5. Permanentes desacuerdos sobre los términos básicos de funcionamiento:
Si no pueden llegar a un consenso sobre las políticas, están en problemas. Y si usted tiene un consenso, pero una o más personas se siente irrespetadas o socavadas, aún está en problemas. Toda sociedad tiene sus propios puntos de tensión, pero hay algunos factores desencadenantes: Tiempo para armar una política (¿Cuánto es suficiente? ¿Cuánto es demasiado?), gastos y tipo de trabajo (el tipo de proyectos a aceptar o los clientes que persiguen debe ser materia de discusión).
Diario Gestión (25/03/2013)
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