Si como decía Francisco Umbral, “el talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia”, cualquiera que se lo proponga podrá desarrollar esas habilidades que ha dejado en stand by porque no ha sabido cómo ejercitarlas.
El talento es un músculo laboral, y aún más, “un músculo vital, de supervivencia”, asegura Eduardo Sicilia, director executive MBA de la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Sicilia cree que para sacarle el máximo rendimiento a ese virtuosismo “hay que alcanzar un equilibrio entre lo que sabes hacer, lo que te gusta y lo que necesita el mercado. Esto último, además, es muy importante porque si tienes habilidades que el mercado ya no requiere estarás obligado a reinventarte y a desarrollar capacidades que se necesiten en ese momento. Y todos podemos aprenderlas”.
Para ponerte en forma en este sentido, Montse Ventosa, presidenta de Truthmark, aconseja “cultivar el saber-qué, es decir, el conocimiento y las aptitudes, porque aunque en esta parte es difícil diferenciarse, es posible especializarse”.
“Desarrollar tu saber-cómo y perfeccionar tu forma de hacer las cosas, de interpretar la realidad con tu estilo personal determinado, en gran medida, por la cultura que has recibido y tu bagaje que es, en el fondo, lo que de verdad distingue tu talento, y lo que te permitirá generar tu sello de identidad. Por último, no puedes olvidar cultivar tu saber-hacer, porque somos las decisiones que tomamos,” agregó.
Se trata, en el fondo, de entrenar todos los días, “repetir esa actividad que desarrolla el talento que buscas y no abandonar ese ejercicio ningún día. Porque la mente es un músculo y, como tal, se puede adiestrar hasta proporciones que nunca hemos visto”, señala Sicilia, quien además aconseja “no ir solo en este viaje. Busca un buen gimnasio y un entrenador que te entienda. El gimnasio será el estudio, el aprendizaje, y el entrenador alguien que te ayude a llevar a tu mente hasta tus propios límites y, una vez alcanzados, te rete para que te plantees nuevos techos”.
Se trata de contar con afán de superación, de proponerse retos a medio plazo e ir cumpliéndolos para enfrentarse a nuevos desafíos. Esto es, al menos, lo que defiende Christopher Dottie, managing director de Hays España, quien recuerda que antes de ocupar este puesto de responsabilidad estuvo trabajando en tiendas, en televenta, como asistente de fotógrafo y como agente de seguridad.
Trabajos que, en definitiva, le guiaron hacia lo que es ahora, porque “para conocer en lo que eres bueno es clave la sinceridad y la observación, habilidades que sirven para reconocer con qué se disfruta o qué se te da bien. Es imposible saber si tienes talento para algo si no lo conoces y lo pruebas, pero también son importantes las opiniones de los demás porque, en caso contrario, te limitas a tu manera de ver el mundo”.
Encontrar ese traje laboral que te queda como un guante puede ser complicado, pero no imposible. La prueba y error es un ejercicio fundamental para encontrar el éxito profesional porque “eres más productivo si estás motivado y eso es mucho más fácil cuando trabajas en un entorno relacionado con algún talento propio, cuando estás en tu elemento”, explica Dottie.
Aunque tampoco esperes dar con el trabajo de tus sueños. Hay profesionales que se pasan la vida tratando de encajar en el hueco laboral que les corresponde y sólo hallan labores que se adaptan más o menos a sus perfiles. Sin embargo, no tomes estas experiencias laborales como paréntesis en tu camino hacia el éxito ni como pequeños fracasos. Son también esenciales para perfeccionar tus virtudes profesionales.
Así lo cree Ventosa, quien advierte, sin embargo, que hay que recopilar esta pericia “con auto-conciencia, dándote cuenta de qué haces y explorando los puestos en los que has desempeñado diferentes funciones para ir desentrañando los talentos que tienes escondidos”. Porque a veces no le damos importancia a esas pequeñas virtudes que nos han acompañado siempre.
Para no perder paso, Dottie recomienda “planificar el día de forma que éste esté alineado con la semana, el mes y hasta el año y, por supuesto, con tu objetivo estratégico. Probar cosas nuevas, con el riesgo que esto supone y no temer a equivocarse. Observar el resultado y medirlo tanto en datos concretos como en sensaciones percibidas y repetir con voluntad sincera de hacerlo cada vez mejor”.
Sicilia cree que la clave está en saber priorizar el tiempo, gestionarlo y trabajar para alcanzar el talento que buscas y así cumplir tus metas. “Ten claro tu objetivo y tus prioridades, y practica hasta que tu energía quede agotada”. Porque podrás nacer con un don, con una habilidad que te haga diferente, pero si no tienes la constancia para ejercitarla y desarrollarla no te servirá para nada. Será como si tuvieras una gran facilidad para tocar el piano pero no entiendes las notas.
Diario Gestión (06/10/2014)
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