Las ventajas que obtienen los ganadores no son pocas, pero los líderes no siempre las aprovechan para hacer del triunfo un proceso sostenible.
Rosabeth Moss Kanter comparó a los perpetuos ganadores y perdedores de los deportes profesionales y amateurs. Los resultados que obtuvo fueron cruzados con casos de negocios en su libro Confidence.
Para su artículo , publicado en Harvard Business Review, Moss señaló diez ventajas que los ganadores obtienen luego de sus victorias, que los líderes pueden aprovechar de manera inteligente para preparar su próximo triunfo.
1. Buen humor. Las emociones afectan el desempeño, en cualquier área que se imagine. Ciertamente, siempre se siente bien ganar, mientras que al sentir que fallamos las emociones se hunden. Estar de buen humor produce energía física y la resistencia para continuar luego de las fallas. Mientras los perdedores usan cualquier excusa para detenerse, los ganadores siguen jugando a pesar de estar heridos, impulsados por una cierta fuerza ganadora.
2. Situaciones atractivas. Ya sea en un partido de fútbol escolar o en la oficina, los perdedores suelen irse temprano. Los ganadores se quedan. Varios estudios muestran que hay menos ausentismo o tardanzas en las organizaciones conocidas por sus éxitos. También hay más solidaridad, porque la gente pasa más tiempo junta sintiéndose bien acerca de lo que han logrado.
3. Aprendizaje. Los perdedores andan a la defensiva y no quieren oír sobre sus fracasos: evitan el feedback. Los ganadores estarán probablemente más predispuestos a hablar sobre sus fallas y escuchar críticas, ya que confían en lo que pueden lograr. Ven en la prácticamente un camino hacia el éxito en lugar de un castigo. Por eso, para los atletas la práctica es importante.
4. Libertad para concentrarse. Como cualquier golfista o tenista sabe, uno debe mantener sus ojos en la pelota. Los perdedores suelen torturarse en su pensamiento. Los ganadores tienen menos distracciones. Por ejemplo, Tiger Woods ganó casi todos los campeonatos en los que participaba hasta que sus problemas personales comenzaron a afectarle. De ahí en adelante no consiguió las victorias a las que estaba acostumbrado.
5. Cultura positiva de respeto mutuo. Para cualquiera que juega en un equipo, ganar facilita el escucharse y respetarse mutuamente porque, después de todo, si ganaron si todos juntos, se asume que todos hicieron su parte. Los ganadores mantienen altas aspiraciones y actúan generosamente con otros. Sin embargo, los perdedores son más proclives a culpar a otros y llamarlos mediocres, creando una cultura de señalamientos y peleas.
6. Sistema sólido de apoyo. Detrás de todo deportista sobresaliente está un grupo de entrenadores, amigos y fanáticos que alimentan su motivación. La victoria incrementa el círculo de apoyo. Perder erosiona ese apoyo, lo cual debe evitarse. Por ejemplo, las animadoras de un equipo de fútbol americano escolar que siempre perdía solían retirarse a medio tiempo. ¿Cómo puede equipo recargar energías para el siguiente encuentro con este tipo de reacciones?
7. Mejor prensa. No es solamente el “boca a boca” lo que separa a los ganadores de los perdedores en una victoria, sino también las historias más favorables sobre el pasado y el futuro. El ganar provee de una aureola que hace todo más brillante. El perder genera que los analistas y observadores busquen razones en una versión reescrita del pasado para hacernos pensar que los fracasos son inevitables.
8. Invitaciones a los mejores eventos. Es cierto que los ganadores reciben las invitaciones a los mejores lugares, conferencias, fiestas y exhibiciones. Ganan acceso a una red de contactos y relaciones que prolongan el momento ganador. Sin embargo, ¿quién invita a los perdedores?
9. Auto-determinación. Los ganadores tienen más control sobre su propio destino. A los ganadores se les deja solos y no pasan por mayor escrutinio. Los perdedores obtienen atención negativa. Se les llena de “ayuda”: comités especiales, auditorías, revisiones, etc. Pasan la mayor parte de su tiempo en reuniones que practicando para ser mejores.
10. Continuidad. Fracase demasiadas veces y las cabezas rodarán. Tomemos como ejemplos los numerosos CEO de Yahoo. El rechazo constante consume tiempo y atención. Mientras más tiempo se pase la gente en sus puestos, habrá menos tiempo para ejecutar nuevas movidas. Es difícil volver a ganar hasta que la situación se estabilice.
Diario Gestión (15/08/2012)
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