Abelardo Encinas Silva Presidente del Consejo de Ética del Ilustre Colegio de Abogados de Lima
En la actualidad, se señala a los abogados como profesionales con falta de ética y con poco contenido moral. Este concepto ha ido formalizándose en el tiempo, y muy a pesar de los buenos abogados que abundan; no se puede obviar por el momento que la profesión ha tocado fondo, sobre todo en la calidad de su ejercicio y repercusión en la sociedad, afectada con los resultados del ejercicio jurídico.
Son muchas las personas –ciudadanos, políticos, literatos y juristas– que menosprecian la profesión de la abogacía, culpándola de consolidar los males de la sociedad no solo por el exceso de formalismos que desnaturalizan el proceso, convirtiéndolo en enfermedad social, instrumento de dilación, chantaje o represión, sino también por las propias funciones públicas cumplidas por los abogados en los poderes del Estado, el periodismo, la docencia, actividades a las que contaminaron.
Los abogados tienen una doble responsabilidad, como ciudadanos y profesionales del derecho, es por eso que en su caso la obediencia o no a las normas éticas acarrea consecuencias mucho más graves. Desde este punto de vista, las normas tienen un contenido ético que puede perderse en tanto el individuo encargado de aplicarlo lo haga atendiendo solo a sus intereses, por lo que acarrearía el uso arbitrario del derecho, convirtiéndolo en un conjunto de normas ajenas al interés común.
Es un principio jurídico el derecho a la defensa, pero existen situaciones límites en que el abogado se encuentra en una disyuntiva, la defensa justa o la no ética. En este caso, está la decisión correcta de alejarse o separarse del patrocinio de un caso respecto al cual ha perdido la confianza necesaria que debe existir en la relación abogado-cliente basada en la verdad de los hechos.
Por ello, recordemos siempre a Eduardo Couture: “Abogado, tu deber es luchar por el derecho, pero el día que encuentres conflicto del derecho con la justicia, lucha por la justicia”. Enrostrar esta realidad es importantísimo, para que el abogado sea un señor abogado y gane todo el dinero que se merece, pero honradamente.
Diario El Peruano (02/09/2013)
Joaquin Miro dice
Felicitaciones!!
Miguel Torres dice
Muchas gracias 🙂
Edith dice
Esta bueno