No uses el crédito para el gasto corriente. Si compras con tarjeta, trata de cancelar la deuda total y no solo el mínimo.
En su primera presentación ante el Congreso, el jefe de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), Daniel Schydlowsky, dijo que algunas tasas de los créditos de consumo eran preocupantes. Sin embargo, a renglón seguido, indicó que no se trata solo de poner topes a estos cobros, sino de fortalecer la información y la cultura financiera entre los usuarios del sistema.
Se estima que en el Perú hay 130 mil personas sobreendeudadas. Por ello, para no llegar a este caso ni ser calificado como moroso por las centrales de riesgo, es clave que usted conozca cuándo no debe hacer uso del crédito. Por ejemplo, para gasto corriente, es decir, para las compras en supermercados, servicios, ropa, regalos, gasolina, etc. Si usted se ve en la necesidad de pedir prestado para satisfacer alguno de estos gastos, tómelo como un síntoma negativo. Significa que algo no está funcionando bien en su administración.
Asimismo, las tarjetas de crédito, si bien son muy prácticas para diferir pagos, deben ser usadas con mucha discreción y con la intención de cancelar el saldo total tan pronto se reciba la facturación. Si las usa para financiarse pagando solo el mínimo permitido, se dará cuenta de que los intereses son los más altos del mercado.
Acudir a prestamistas profesionales o particulares o a las casas de empeño es, generalmente, el último recurso. Cuando se llega a esta alternativa es porque ya se han agotado todas las demás opciones para prestarse: tarjetas, banco, familia, amigos, etcétera.
NO SIEMPRE. ¿Y en qué casos se debe hacer uso del crédito? Para adquirir activos de alto valor. Aquellos que, de otra forma, no podría comprar. Los ejemplos típicos son la casa y el carro. Igualmente, para invertir con el objetivo de montar un negocio, ampliar uno existente o como capital de trabajo. Existen préstamos de tipo empresarial que también pueden ser asumidos de manera individual para aumentar el patrimonio personal o familiar.
Finalmente, por conveniencia, cuando se pueda obtener financiamiento sin intereses o a un interés menor.
Diario Peru21 (27.09.2011)
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