Pese a la coyuntura, el Gobierno busca una reducción de cuatro puntos porcentuales –a 52,4%– hacia el 2016.
A pesar de que entre el 2005 y el 2013, la informalidad laboral –según cifras del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE)– se redujo de 69% a 56,4%, los trabajadores de las microempresas siguen siendo los más afectados dentro del segmento asalariado privado.
Según Daniel Maurate, titular del MTPE, la tasa de informalidad laboral en las empresas de dos a diez trabajadores se consolidó como la más crítica al mostrar una “muy ligera contracción”. Pasó de 92% en el 2005 a 88% en el 2014. Apenas cuatro puntos porcentuales de reducción.
Así, el año pasado culminó con cerca de 2,5 millones de peruanos trabajando de manera informal. Con ello, la microempresa emplea formalmente solo a 349.243 personas.
La Otra Cara
Contrariamente a lo sucedido con la microempresa, en los últimos diez años en las de 11 a 100 trabajadores la informalidad laboral se redujo en 15 puntos porcentuales. Cayó del 58% que se registraba en el 2005 a 43% en el 2014.
La generación de empleo formal en este segmento empresarial ha sido mayor a la del informal. Una tendencia –afirma Maurate– que se mantiene a lo largo de este gobierno, pues una mirada retrospectiva muestra que entre el 2005 y el 2010 la creación de puestos de trabajo informales primaba sobre los formales.
Y, pese a que en las empresas de 100 a más trabajadores, el número de trabajadores formales se duplicó en la última década , todavía existe un 12% de trabajadores (200.706) que permanece bajo la sombra de este flagelo.
Mirada Futura
A pesar del débil crecimiento de la economía, el ministro Daniel Maurate reafirmó el interés del Ejecutivo por reducir la informalidad laboral en cuatro puntos porcentuales (del 56,4% actual a 52,4%).
“La informalidad es el problema más grave del mercado laboral. El beneficio de la formalización involucra a trabajadores y empleadores”, dijo.
Aunque el recientemente aprobado Plan de Acción Sectorial para la Formalización Laboral para el 2015 plantea la intervención activa de la Sunafil, el ministro de Trabajo, Daniel Maurate, volvió a restar importancia al nuevo cambio de superintendente, el cuarto a poco más de un año de la puesta en marcha de esta entidad.
“Los cambios no tienen que ser criticados. En el caso del actual jefe de la Sunafil, él desea aceptar una promoción laboral y no puedo hacer nada. No se debe a un tema de inestabilidad, a una crisis o a una renuncia por discrepancias”, afirmó.
Con relación a su sucesor, indicó que, debido a que desean contar con un buen funcionario, todavía se van a tomar algunos días para su nombramiento.
Diario El Comercio (15/05/2015)
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