Muchos emprendedores deciden probar suerte por su cuenta y poner en marcha su propio negocio, mientras tanto, otros con capacidades igualmente sobresalientes optan por convertirse en los agentes de cambio de la organización para la que laboran.
A los colaboradores con visión empresarial, con ideas innovadoras y con capacidad de promover proyectos que puedan producir un efecto transformador al interior de una organización se les denomina intra-emprendedores.
Son empleados que quizá nunca se conviertan en fundadores de una empresa, pero han aprendido a aplicar ciertos principios sobre iniciativa empresarial en el lugar para el que laboran. Ellos tienen un valor incalculable para la compañía y son agentes que contribuyen con la salud de la misma.
Para conocerlos más a fondo, Forbes recoge la observación de Vijay Govindarajan y Jatin Desai, colaboradores de Harvard Business Review. A continuación, cuatro características de los emprendedores internos:
Sus acciones no giran en torno al factor monetario
Los emprendedores corporativos reconocen el valor e importancia del dinero para la organización. Ellos comprenden que los factores económicos son lo que hacen posible el crecimiento y éxito de la empresa. No están dispuestos a luchar contra eso. Pero los intra-emprendedores están constantemente buscando mecanismos no económicos para justificar su progreso. Ellos quieren demostrar en la organización que no pueden darse el lujo de perder.
Buscan concretar sus ideas
Cuando un emprendedor corporativo escucha o concibe una idea interesante, no querrá dejarla ir fácilmente. Esa idea comenzará a desarrollarse en su mente, porque dicho colaborador lleva consigo el deseo de encontrar el derrotero correcto para hacer que todo funcione. Así, en el momento menos pensado lo más probable es que esa semilla (idea) se haya convertido en todo un plan o se haya creado un conjunto de planes alternativos en su lugar.
Saben cuándo girar
Nada tiene que ver con la soberbia, se trata de la confianza que el intra-emprendedor puede albergar para, a partir de ello, actuar de cara a sus objetivos. Por lo tanto, esas personas no ponen barreras cuando sienten que deben cambiar de rumbo, no le temen al fracaso. Simplemente están dispuestas a salir de su zona de confort, girar el timón, en busca de su propio crecimiento, aunque ello pueda traer consigo algunos tropiezos.
Son auténticos e íntegros
Los emprendedores internos exhiben rasgos bastante marcados de confianza en sí mismos, humildad, integridad, respeto y autenticidad. Entre sus atributos, no figura necesariamente el comportamiento inconformista normalmente asociado a los innovadores corporativos exitosos.
Diario Gestión (04/11/2013)
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