Muy pocos saben a ciencia cierta qué son los paraísos fiscales y a qué países se les atribuye dicha condición.
Escuchar hablar sobre los paraísos fiscales es frecuente, pero muy pocos saben a ciencia cierta qué son y a qué países se les atribuye dicha condición. Sin embargo, tanto por lo que se ve en la ficción cinematográfica como en los titulares de la prensa internacional, lo que sí es seguro es que hablar de ellos es siempre polémico porque involucra historias de dinero y secretos, sobre todo financieros.
En su concepción más simple, el paraíso fiscal es una jurisdicción (país, región o provincia) que reúne dos características: tener un sistema tributario de muy baja o nula imposición (carga tributaria) y no estar dispuesto a revelar la identidad de las personas que invierten o guardan dinero en su región, lo que se conoce, según la Sunat, como “opacidad”.
¿A qué se debe el magnetismo de estas zonas donde el poder fiscal parecería mostrarse permisivo? Podríamos contestar esta pregunta de la siguiente manera: A lo largo de los años se han conocido variedad de empresas multinacionales que acuden a los paraísos fiscales para aprovechar de diferir el pago de impuestos, reducir la carga efectiva tributaria o inclusive no pagar impuesto alguno.
Para graficar su funcionamiento podríamos imaginar el siguiente ejemplo: un fabricante de gaseosas de llegada internacional –al que llamaremos La Rica Cola– monta en un paraíso fiscal la empresa La Sablista, que le brindará servicios de gestión de cobranzas, algo que no agrega valor al negocio.
Pues bien, por los servicios brindados a La Rica Cola, La Sablista recibe unos pagos, que vendrían a ser sus ingresos. Estos pagos que hace La Rica Cola se pueden consignar como un gasto en sus estados financieros, lo que le permite reducir su carga tributaria. Por otro lado, el dinero que recibe La Sablista no es gravado, porque se encuentra registrada en un paraíso fiscal que no tiene que pagar impuesto a la renta por los ingresos recibidos, o si lo paga, es en realidad por un valor mínimo. Así se transfieren rentas a otras jurisdicciones.
Sandro Fuentes, ex jefe de la Sunat y socio del estudio Rodrigo, Elías & Medrano ilustra el ejemplo de forma numérica: Supongamos que existe una empresa que vende un auto, cuyo precio real debería ser US$30.000, pero en la realidad lo vende a US$18.000 a un trader, que es de la propia empresa (una relacionada, solo que nadie lo sabe) y que opera en un paraíso fiscal. Luego este trader lo vuelve a vender en otro país por US$30.000. Gana US$12.000, que no están sujetos al pago de impuestos. ¿Qué pasaba si el auto se hubiera vendido directamente, sin ningún trader a US$30.000, aunque su costo es de US$18.000? Habría tenido que pagar impuesto a la renta por los US$12.000 de ganancia.
Estos esquemas (que en la vida real son bastante más complejos) nos muestran las estrategias de optimización tributaria que realizan algunas empresas para reducir el pago de impuestos y de esta manera, mejorar la rentabilidad de los negocios, explica Roberto Cores, socio de EY.
Las Multinacionales
Ejemplos de estos casos no faltan. Uno de los más sonados, relacionados con el uso de jurisdicciones que brindan beneficios tributarios, tiene aroma de café: del mismo que sirve la multinacional Starbucks. A fines del 2012, un reporte de Reuters indicaba que esta empresa –con 17.800 locales en 50 países del mundo– solo había pagado US$12,9 millones entre los años 2009 y 2011 en el Reino Unido, aun cuando registraron ingresos en ese período por cerca de US$4.650 millones.
Otro caso sonado, también en Reino Unido, es el de Amazon, que durante el mismo período (2009-2011) facturó US$10.500 millones en ingresos, y pagó impuestos por solo US$3,45 millones. Esto porque los clientes compraban a través de la web británica de Amazon, el producto llegaba a los almacenes en suelo británico, y las facturas también se emitían en dicho país, pero los beneficios eran desviados a través de una de sus empresas en Luxemburgo (considerada como paraíso fiscal).
Ambos ejemplos muestran lo polémico que es el uso de paraísos fiscales. Las empresas hicieron uso de estos mecanismos que, si bien son cuestionables, no transgredían la ley. No obstante ello, los parlamentarios del Reino Unido que investigaron estos hechos calificaron a los ejecutivos de las compañías de ‘inmorales’ simplemente porque no podían sancionarlos.
Sin embargo, el uso de paraísos fiscales es más polémico de lo que nos muestran a simple vista estos casos porque, al proteger la información de personas jurídicas o naturales, se puede estar protegiendo información de personas o instituciones dedicadas a actividades ilegales. “El problema es que los paraísos fiscales también han servido para el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción. No es un tema solo fiscal o tributario, sino que cada día los paraísos fiscales son combatidos por el anonimato y porque ese anonimato guarece o puede guarecer terroristas, narcotraficantes, traficantes de armas, los vicios de la humanidad”, dice Sandro Fuentes.
En eso coincide Roberto Cores y la Sunat (que nos contestó un cuestionario respecto a este tema). Ambos afirman que el uso de los paraísos fiscales sí da un beneficio a quienes de alguna manera buscan ocultar su identidad o a quienes quieren evitar que se graven sus utilidades.
Diario El Comercio (19/04/2015)
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