Miguel Jaramillo, director ejecutivo del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), dijo que esa demanda es nula porque al ser formales, las empresas consideran que serán sujetas a constantes verificaciones y acciones de las agencias municipales.
“La gente quiere cumplir con la ley moralmente, pero en la práctica no lo hace porque las empresas han visto que ser formales no tiene ninguna compensación”, refirió.
Gustavo Yamada, economista y decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico, explicó que la “tramitología” es uno de los obstáculos que impide viabilizar la actividad formal y de esta forma mejorar la competitividad de las empresas.
“Los costos de vida son diferentes, por lo que incluso se debe plantear en las empresas tener salarios mínimos diferentes que se adapten a cada sector con el objetivo de que no sea una cuña que impida el crecimiento y que no se haga demasiado caro formalizar a un trabajador”, manifestó.
Roxana Barrantes, economista y directora general del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), sostuvo que el problema de la legislación laboral es que es la misma tanto para las grandes como para las pequeñas empresas, por lo que debería ajustarse a la realidad del país si es que se busca que las empresas sean formales.
La clave
José Rodríguez, jefe del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), consideró que el problema es muy complejo y dicha legislación debe ir de la mano con el incremento de la productividad laboral. “El sistema debe ser revisado”, dijo.
Diario La República (18/09/2014)
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