El uso desmedido del dinero plástico podría hacerle caer en una espiral peligrosa, de la cual pocos se recuperan, sobre todo si están bajo la modalidad de crédito revolvente.
Si usted es de los que usa la tarjeta de crédito para echar gasolina a diario, comprar pan, salir de juerga con los amigos el fin de semana, pagar los servicios o cubrir los mínimos gastos de la casa, tenga mucho cuidado.
El uso desmedido del dinero plástico podría hacerle caer en una espiral peligrosa, de la cual pocos se recuperan y logran salir bien parados, sobre todo si están bajo la modalidad de crédito revolvente.
Antes de usar cualquier tarjeta de crédito, se debe saber de cuánto disponemos en nuestro presupuesto mensual y cuánto en verdad es lo que vamos a pagar a fin de mes.
Tasas Fluctuantes
Aquí es donde el usuario debe detenerse y poner mayor atención. Lo primero es saber qué le conviene más: la modalidad de crédito revolvente o la modalidad de pago en cuotas.
En ese caso, la TCEA (tasa de costo efectiva anual) máxima bajo la modalidad de compra revolvente en el sistema financiero fluctúa entre 107,79% y 117%, mientras que la mínima va de 73,4% a 71,61%.
Para la disposición en efectivo de una tarjeta clásica en la modalidad revolvente, la TCEA fluctúa entre 92,77% y 188,16%. Finalmente, para las tarjetas de crédito ‘retail’ por consumo en cuota la TCEA va de 78,88% a 132,07%.
¿Cuál elegir? Ello dependerá mucho de los ingresos del usuario. Si una persona tiene ingresos fijos puede planificar pagar en cuotas, pero si tiene recibo por honorarios y sus ingresos son variables mensualmente, le conviene más la modalidad revolvente.
Pago Mínimo
Lo que sucede es que los bancos siempre plantean un pago mínimo y un pago total en los estados de cuenta que remiten a sus clientes. Sin embargo, el primero no es provechoso para el usuario, sino para la entidad bancaria, pues la deuda, aun cuando se fije a un plazo de 12 meses, con el pago mínimo puede llegar hasta 83 o 90 meses.
Cuando se hace un pago mínimo, el cual es menor al total, se está cancelando solo una fracción del capital y una fracción de los intereses, comisiones y gastos aplicables. El resto de la deuda se pasará para el siguiente período y seguirá amortizando montos escasos. Por ello, las deudas se vuelven impagables.
Al respecto, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) no recomienda el pago mínimo para cancelar la deuda de una tarjeta de crédito. Es preferible pagar el saldo total del mes o ahorrar, en todo caso, para que la compra sea al contado y no al crédito.
Otro punto importante es que la deuda no debe superar el 30% de sus ingresos, así le ofrezcan un crédito barato. Y no se le ocurra retirar dinero con la tarjeta de crédito, los intereses son muy elevados.
Diario El Comercio (20/04/2013)
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