Elegir la modalidad de pago más adecuada para cada tipo de gasto es una forma de hacer que tu tarjeta de crédito sea tu amiga.
Muchos de nosotros hemos escuchado, en nuestro entorno, que la tarjeta de crédito ha sido la responsable de los males de amigos, parejas y familiares, que han caído en el sobreendeudamiento y en la discriminación de las entidades financieras.
Una tarjeta de crédito es una línea de financiamiento ‘revolvente’, denominada así porque la línea utilizada se repone por cada pago que se hace. Esta puede ser la mejor aliada de nuestras finanzas si sabemos aprovechar sus modalidades de financiamiento y estamos al día con lo que dice la regulación. A continuación le daremos las principales claves para que la tarjeta de crédito sea nuestra amiga.
1. Pago al contado
Existen tres modalidades de financiamiento con nuestra tarjeta de crédito y el pago al contado es una de ellas. Este permite al usuario financiarse hasta por más de mes y medio y sin pagar intereses.
Para ello hay que conocer nuestro “período de facturación” –que está en el estado de cuenta– y el tiempo que nos da la entidad financiera para pagar luego del referido período.
El período de facturación es el lapso de tiempo de 30 días, entre dos meses, en que el banco contabiliza nuestros consumos. La entidad nunca cobra de inmediato el consumo al final de ese período, sino nos da hasta –en muchos casos– 28 días para pagar.
Rolando Castellares, socio del Estudio Castellares, explica que la clave para no pagar intereses está en planificar nuestros consumos de tal forma que se hagan al inicio del siguiente periodo de facturación y pagar todo unos días antes del último día de pago.
“Por ejemplo, el periodo de facturación de la tarjeta de crédito de Rolando es del 6 diciembre al 7 de enero y el banco le ha dado como último día de pago el 2 febrero (27 días). Si Rolando hubiera postergado su consumo al 8 de enero, el próximo periodo de pago no sería en febrero, sino, hasta el 7 de marzo; es decir tendría cerca de dos meses para pagar. Pero si Rolando paga todo el 5 marzo se evitaría de pagar intereses”, anota.
2. El pago en cuotas
El pago en cuotas es la segunda modalidad que tiene el cliente para financiarse. Esta debe hacerse, sobre todo, para compras de alto monto y es recomendable que el número de cuotas sea el menor posible, en función al presupuesto del usuario.
Además, para reducir el costo real del crédito o tasa de costo efectivo anual (TCEA) [que es la tasa de interés más los gastos asociados], el usuario debe aprovechar la regulación que permite solicitar a la entidad financiera que le envíe los estados de cuenta por correo electrónico, dado que estos son gratuitos.
Por ejemplo, según la SBS, la compra hipotética de un bien por S/.1.000 con una tarjeta de crédito clásica, a un plazo de 12 meses, puede implicar un TCEA de entre 99% y 140%.
De acuerdo con este ejemplo, los gastos asociados como el pago de la membresía anual, el envío de estado de cuenta impreso y el seguro de desgravamen incrementan la tasa de interés de la deuda entre 35 y 59 puntos porcentuales.
Así, de la información anterior, el Banco Interamericano de Finanzas (BanBif) –que según el ejemplo ofrece la TCEA más baja con 99%– dice que su tasa puede reducirse a 67,7% si “el cliente solicita el envío de su estado de cuenta por medios electrónicos”.
De ahí que es importante que en la medida que usemos cuentas de correo electrónico, solicitemos al banco que nos envíe el estado de cuenta por este vía.
3. Pago revolvente
La última modalidad de financiamiento es la de pago revolvente, que permite al usuario pagar en partes, pero en cantidades distintas.
El usuario decide el monto y el número de pagos que hará en función de su capacidad económica.
Sin embargo, esta modalidad no es recomendable para las personas desordenadas, porque las puede llevar a hacer solo “pagos mínimos”.
4. El pago mínimo
El pago mínimo no se debe considerar como una modalidad de financiamiento.
Daniel Bouroncle, coordinador ejecutivo de la superintendencia adjunta de Conducta de Mercado e Inclusión Financiera, afirma que esta posibilidad solo se dio como flexibilidad para que el cliente no caiga en mora.
En ese sentido, Rolando Castellares, afirma que si una persona usa el pago mínimo como una modalidad de financiamiento, puede llegar a pagar su deuda de tarjeta de crédito en demasiados meses.
Explica que por este daño que puede causar al consumidor, la SBS ha establecido que la modalidad en cuestión contemple en su facturación como capital mínimo de la deuda S/.30 o US$10.
“No es recomendable hacer pagos mínimos porque a va a aumentar los plazos de la deuda, los intereses y los gastos asociados”, concluye Bouroncle.
Más Datos
La prudencia nos puede ayudar a vivir tranquilos con nuestras finanzas, independientemente de los ingresos que tengamos.
Por ello, Renato Salgado, gerente de división de Banca de Consumo y Medios de Pagos del Banco Financiero, da sus recomendaciones para que la tarjeta de crédito no sea tu enemigo.
– Evita el sobreendeudamiento. No tengas demasiadas tarjetas de crédito. La tentación de disfrutar de liquidez podría jugarte una mala pasada y llevarte al sobreendeudamiento.
– Privilegia el consumo antes que los retiros. Procura usar tu tarjeta de crédito para pagar tus consumos antes que para retirar efectivo. Esta última es una operación de mayor costo. Úsala solo cuando las circunstancias lo ameriten.
– Tus consumos esporádicos págalos en cuotas. Procura cancelar en su totalidad las compras regulares realizadas con la tarjeta de crédito (como consumo en restaurantes) y paga las compras esporádicas (como la adquisición de un televisor) en un plan de cuotas que se ajuste a tu presupuesto mensual.
Diario El Comercio (24/01/2015)
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