Ya poco nos acordamos cuando había empresas privadas y públicas que tenían en su organigrama al área de transportes con talleres para la flota de los escasos vehículos; el área de logística con el comedor, la imprenta o centro de impresiones, etc.; el área de ventas o el call center, que reunían a gran cantidad de personas que tenían un sueldo asegurado sin vender mucho, y otras actividades variadas que en el transcurso de los años han ido desapareciendo al interior de las organizaciones.
Sin embargo, esas mismas tareas convocan hoy a muchas más personas, con mayor profesionalismo y generan mucho más empleo que entonces.
Sin darnos cuenta, hemos aprendido que para que las tareas productivas se realicen mejor es indispensable tercerizarlas, especializarlas, de ese modo el profesional o técnico responsable ofrece lo mejor de sí en un entorno competitivo, perfeccionándose con sus pares, elementos que al final generan mayor valor a la sociedad.
Más de 30 mil empleos en los call center hoy son una buena muestra del cambio.
Pero el Tribunal Constitucional, una vez más, con una opción legalista y poco entendida de la realidad y de la evolución de los procesos productivos globales, ha sancionado el ejercicio de tercerización de actividades en el sector eléctrico al disponer que los trabajadores de la empresa CAM, proveedora especializada en servicios de mantenimiento con similares prestaciones en varios países, se incorporen a la planilla de Edelnor. El TC considera que esta fórmula de tercerización es un modo de fraude a la ley.
¿Cuál es el límite para la tercerización? Es muy difícil precisarlo, pero lo que sí es seguro es que nuestro TC no es la mejor instancia para identificar dónde está el valor, la competitividad, el crecimiento, y por tanto, el beneficio a la sociedad. Sobre todo porque los procesos cambian muy rápidamente y lo que hoy es la esencia o core del negocio mañana no lo es, por lo que resulta contraproducente esperar a que sean ellos los que definan si aceptan o no la innovación.
Somos defensores de los derechos laborales pero no por ello vamos a negar la innovación que genera mayor bienestar y empleo a la sociedad. Nuestras empresas no pueden estar con los brazos atados, mientras el mundo avanza con la tercerización que exige servicios de mayor calidad.
Diario Gestión (17.05.2012)
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