Evita comprometerte a todo aquello que no puedes hacer y no critiques nada ni a nadie cuando estrenes un trabajo. Observar y escuchar es básico para entrar con buen pie en la vorágine laboral.
La primera impresión es la que queda y no existe una segunda oportunidad para enmendar la plana en caso de error. El día que estrenas empleo en una nueva empresa te la juegas con compañeros, jefes y también resulta decisivo en el desarrollo de tu carrera profesional.
Para evitar un desliz Yolanda Gutiérrez, experta en gestión de personas y socia de Eversheds Nicea, recomienda seguir a rajatabla una regla basada en las cinco vocales: “Absorber, escuchar, interesarte, observar y ubicarte. Hay que mirar en todas las direcciones, actuar como testigo y no como protagonista. Es la actitud lo que va a determinar el éxito. Más adelante llegará el momento de aportar. No necesitas acelerar los acontecimientos y avasallar con nuevas ideas y proyectos antes tiempo. Observa cómo se hacen las cosas y cómo puedes encajar de la mejor manera en todo el entramado empresarial”. Estela Pérez, profesora de EOI y experta en coaching y desarrollo profesional, asegura que incluso en el momento de la entrevista “es importante fijarse en todo lo que no se puede escuchar, como la manera de vestir de los empleados, algo básico para no desentonar con la indumentaria el primer día de trabajo”.
Puntualidad
Y no es sólo una cuestión de aptitud. Cuidar hasta el más mínimo detalle de tu actitud es básico, empezando por la puntualidad. “No está de más hacer el recorrido hasta la nueva oficina con anterioridad y en un día laborable, para ajustar los tiempos”, aconseja Eva Rimbau, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC. También cree que apagar el móvil es obligatorio: “Nada de conversaciones en horario laboral, por lo menos en los tres primeros meses. Preséntate a quienes tienes más cerca en tu puesto de trabajo y, en los próximos días, con aquellos que coincidas por una u otra razón”. Pérez dice que “hay que escuchar antes que hablar”.
Aquí… ¿quién manda?
Localiza a tu jefe inmediato y, si él no lo hace, trata de darte a conocer y en la primera conversación procura ir de lo general a lo particular. Rimbau dice que “es bueno conocer de antemano a qué se dedica la empresa para preguntar como está organizado el trabajo y con qué departamentos tendrás que relacionarte”. Gutiérrez señala que en este primer encuentro con quien manda es importante “transmitir el compromiso con el proyecto y los objetivos de negocio. Demostrar iniciativa es muy valorable, pero hay que actuar con cautela y no dar la impresión de querer cambiarlo todo. Tú eres el nuevo”.
Humildad
En tu primer día debes dejar a un lado tu entusiasmo y la prepotencia que puede generar un exceso de ganas por acometer nuevos proyectos. “Conviene tener cuidado a la hora de comentar experiencias laborales anteriores, sobre todo aquellas en las que has tenido éxito. Resulta prepotente”, advierte Gutiérrez. Ten en cuenta que ni el puesto ni el contexto son los mismos, y lo que antes funcionó ahora puede ser un fracaso absoluto. “La fama que se cultive al principio te va a perseguir a lo largo de tu carrera en la nueva empresa. Ahora es el momento de ser humilde”, añade. Por eso, aunque no sea uno de los cometidos de tu puesto, Pérez recomienda no hacer uso de frases del tipo ‘a mi no me pagan por hacer fotocopias’: “Demuestra que quieres colaborar. De momento, ellos conocen mejor que tu cómo funciona la empresa y tienes que respetarlo”.
Soy el nuevo jefe
Si además de ser el nuevo en la oficina eres el jefe, entrar con buen pie es imprescindible, tanto para ti como para la compañía que ha depositado su confianza en tu capacidad para liderar equipos. “Antes de entrar en conversaciones, saluda a todas las personas que vas a tener a su cargo”, dice Rimbau. “Es clave ganarse su confianza y ocuparse de verdad de conocerlos”, afirma Pérez. Reunirse con cada uno de manera individual e informal es la recomendación de Gutiérrez “para fomentar la cercanía. La reunión de grupo conviene convocarla en un escenario que resulte cómodo para todo el grupo”. En la primera convocatoria es mejor evitar discursos grandilocuentes y no fijar objetivos demasiado concretos y con un plazo determinado. “Ahora es el momento de cultivar el compromiso del grupo, lo demás ya irá fluyendo”, apunta la socia de Eversheds Nicea.
Y si resbalas…
Si pese a todos tus intentos el primer día metes la pata sin intención, pide disculpas cuanto antes. No esperes a que los acontecimientos sigan un curso equivocado. Rimbau asegura que “al novato se le puede disculpar casi todo. Aclara la situación rápidamente, de manera sencilla y sin arrastrarte. El movimiento se demuestra andando”. Superado el primer mes, a poco que te esfuerces, te convertirás en veterano.
Huye de los colaboradores ‘tóxicos’
En todas las oficinas habitan los mismos personajes. Por eso, desde el primer día, no bajes la guardia si no soportas a los personajes ‘tóxicos’, y desconfía especialmente de los que demuestran un exceso de simpatía sin motivo. En cualquier caso, no prejuzgues ningún comportamiento.
Yolanda Gutiérrez, socia de Eversheds Nicea, recuerda que “cuando eres el nuevo, para ti es un día muy importante, incluso excepcional. Sin embargo, para el resto es uno más o el peor de la semana”. Cualquier problema personal o profesional enturbia el comportamiento de un individuo que, con el tiempo, puede convertirse en el mejor aliado para sacar partido a tu nuevo empleo.
Diario Gestión (10/01/2014)
EDUARDO MMANUEL dice
CONOCER LAS RAMAS DE LA CONTABILIDAD