El candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski propone sustituir el régimen de la compensación por tiempo de servicios (CTS) por un seguro de desempleo. Nos parece una mala idea. Equivale a desactivar las administradoras de fondos de pensiones (AFP) para volver al seguro social. La CTS, como las AFP, se basan en el principio de cuentas individuales, que alinea los costos y beneficios de una manera que ningún sistema centralizado puede hacer.
La propuesta se aplicaría solamente para los trabajadores que no tienen actualmente CTS, lo que de inmediato hace surgir la siguiente pregunta. Si las ventajas del seguro de desempleo son tan grandes, ¿por qué reservarlas para los trabajadores “nuevos”? ¿Por qué condenar a los “antiguos” a permanecer en un régimen supuestamente inferior?
El libro de campaña de PPK, “Perú, ahora o nunca”, no explica los motivos de la propuesta.
Pero hemos escuchado a su jefe de plan de gobierno decir en televisión que el problema con la CTS es que se acumula indefinidamente, más allá de las necesidades previsibles de una persona que se queda sin trabajo. Eso es verdad y es algo que se debería corregir, pero para corregirlo no es necesario cambiar radicalmente el sistema.
Bajo el régimen actual, una persona que trabaja para la misma empresa durante 10 o 15 años acumula en su cuenta CTS una cantidad que le permitiría mantenerse 10 o 15 meses sin trabajar y sin reducir su nivel de gasto. Pero eso es más de lo que razonablemente necesita guardar como reserva. Es como si uno asegurara su casa contra incendio por el doble o el triple de su valor de mercado. Algunos estudios (no tan recientes, es verdad) señalan que en el Perú la duración esperada del desempleo es de cuatro meses y medio. Poniéndole un tope de seis meses a la CTS se podría cubrir, digamos, a dos de cada tres desempleados, o tres de cada cuatro, durante todo el tiempo que estén sin trabajar; y al resto durante buena parte de ese lapso.
¿Qué hacer con el exceso? Pues que vaya íntegramente al trabajador. Lo que se transfería a la cuenta CTS ya es un costo para la empresa, de manera que una persona con más de 6 años en la misma empresa tendría un aumento de un 7% en su ingreso líquido o “take-home pay” sin aumentar los costos laborales. Obviamente ese aumento no sale de la nada, sino de interrumpir los aportes a la CTS.
El tope de 6 meses (o el que sea) significaría que una persona que consigue otro trabajo sin haber consumido toda su CTS no tendría que esperar 6 años para reponer el faltante. El sistema sería, pues, menos costoso para quienes pasen menos tiempo desempleados. Habría un incentivo para encontrar rápidamente otro trabajo, cosa que un seguro de desempleo difícilmente puede dar.
Diario Gestión (15.03.2011), Pág. 30
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