El cambio en los negocios pocas veces es fácil. Y para un emprendedor, cuyos planes se ven interrumpidos por empleados que no modifican su manera de pensar, puede parecer casi imposible.
Cambiar la actitud y los valores de la gente es indispensable para llevar a cabo la transformación en la organización, a la par de los cambios que van sucediendo en el modelo del negocio, con el fin de crear una empresa administrada bajo un sistema más formal.
Por fortuna, varios empresarios han pasado por ese proceso, de tal forma que hoy el cambio drástico de replantear la forma de pensar de la gente se entiende mucho mejor.
Ese proceso consta de cuatro etapas que ayudarán a la mayoría de los empresarios a transitar por el camino de la modificación de actitudes y hábitos con el fin de lograr excelentes resultados.
• Convenza a la gente de que es necesario cambiar: “Comience por suponer que enfrentará obstáculos en ese esfuerzo, y trate de descubrir lo que se encuentra detrás de la resistencia”, aconseja Donna Kelley, profesora asistente de actividades empresariales en Babson College en Wellesley, Massachusetts. “¿Se oponen al riesgo? ¿Creen que sus empleos están en peligro? ¿No están convencidos de la necesidad del cambio?”, son preguntas que usted como emprendedor debe formularse y responder.
La información objetiva puede ayudar a calmar los temores de los empleados, dice la especialista.
• Reconozca y recompense la conducta deseada: busque cambiar las revisiones de desempeño y las estructuras de bonos hasta instituir nuevos premios para empleados diseñados conforme a tus nuevas metas. No suponga que el dinero es el único o el mejor motivador, en ocasiones, una celebración pesa más que un cheque.
“La recompensa económica puede verse como la compra de la cooperación”, mientras que “la recompensa no económica puede ser más eficaz”.
• Proporcione modelos de funciones de cambio. Esto ayuda a que los empleados vean en una persona a la que admiran una conducta esperada. Usted es el primer candidato para esa labor. “No espere que su gente siga a otro”, dice Al Vicere, asesor de administración del Colegio Estatal de Pensilvania y profesor de la Universidad Estatal del mismo estado.
“Los líderes del cambio no deben ser asesores externos, sino los directivos de mayor rango de la organización”, porque “deben ser los que estén al frente enseñando, guiando y facilitando”, enfatiza.
• Asegúrese de que su gente tiene las destrezas necesarias para instrumentar la transformación. Es probable que el aprendizaje de las destrezas requeridas para el cambio organizacional sea diferente al proyecto de capacitación ordinario; de acuerdo con Vicere, “hay dos cosas por hacer: lograr que la gente deje su conducta anterior, y que aprenda una nueva”.
Desde luego, también hay empleados en capacitación reacios al cambio, y eso puede bloquear el aprendizaje. Usted puede incrementar su disposición de aprender a modificar el entorno, pero no solo eso, trate de refrescar la apariencia de sus productos, servicios y la imagen general de la compañía.
Cuando los subalternos ven el cambio en esos factores, toman conciencia de que también en ellos debe haber una transformación, y estarán mucho más dispuestos a adquirir nuevas habilidades.
“Envíe un mensaje donde manifieste que en verdad la empresa será diferente”, anota Vicere.
Mientras cambia la forma de pensar de su gente, no pase por alto su propia mentalidad.
Diario Oficial El Peruano (28.04.2010), Sección Economía, Pág. 10
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