Las mujeres jóvenes pueden enfrentarse a singulares desafíos sobre cómo desarrollar y establecer un estilo de liderazgo, de acuerdo a un artículo publicado por The Wall Street Journal.
Algunas luchan con el hecho de dirigir a los demás y al mismo tiempo mantener una imagen de “niña buena”. No quieren ser ignoradas, pero tampoco quieren ser vistas como demasiado prepotentes. Se requiere de un equilibrio delicado para encontrar un estilo que sea eficaz y agradable para uno.
Expertos en liderazgo opinan que las mujeres por lo general están en una encrucijada entre hacer sentir su presencia con temperamento y quizás no lucir tan femeninas ante el resto (lo que resultaría en una respuesta negativa) o seguir el estereotipo de mujer delicada y no ser vistas como líderes fuertes.
Según el artículo, un problema importante es la falta de modelos femeninos a seguir. Por lo general, las personas aprenden estilos de liderazgo observando a los demás; pero a menudo hay pocas mujeres ejecutivas a quien observar. Obviamente las mujeres pueden ver el estilo de los líderes masculinos, pero ellos no pueden ilustrar cómo enfrentar los estereotipos femeninos.
Los expertos sugieren varias estrategias. Si no hay muchas mujeres líderes entre sus empleadores, las mujeres jóvenes deben unirse a asociaciones profesionales u organizaciones comunitarias para encontrar modelos a seguir. Estos ambientes no laborales también ofrecen a las mujeres jóvenes la oportunidad de probar nuevos estilos de liderazgo fuera de la oficina.
En el trabajo, las mujeres jóvenes deben contar con mentores y recabar información sobre técnicas de liderazgo. Después de una reunión, pida a un superior de confianza qué comportamientos funcionaron y cuáles no. Sin embargo, pedir feedback a los subordinados suele ser un error, ya que puede indicar que el líder está inseguro de sí mismo – una percepción que las jóvenes ejecutivas quieren evitar.
En teoría, estos mentores pueden ser hombres o mujeres, pero las mujeres jóvenes deben darse cuenta de que los mentores masculinos pueden no ser tan conscientes de los singulares desafíos que enfrentan las mujeres jóvenes en la afirmación de liderazgo.
Los coach de liderazgo alientan a las mujeres a tomar el mando de su imagen en la oficina demostrando que realizan sus actividades laborales en formas bien pensadas, por ejemplo cómo hacerse cargo de las presentaciones en las reuniones. No deben contentarse simplemente que su nombre esté en un importante informe. Por el contrario, deben participar activamente y alentar a sus colegas y superiores a hablar con frecuencia sobre sus ideas e investigaciones.
La autopromoción puede sentirse como algo forzado. Las mujeres jóvenes pueden preocuparse de que están poniendo expectativas demasiado altas o están llamando demasiado la atención. Pero hay maneras de sentirse más cómodo haciendo esto. En primer lugar, deben evaluar su trabajo para identificar lo que las diferencia de otros compañeros de trabajo.
Luego, empezar poco a poco. ¿Una táctica? Rebosen entusiasmo sobre el nuevo proyecto de una empresa. Ese entusiasmo generará confianza en otros. Cuando la empresa está trabajando en nuevos proyectos, las mujeres deben sugerir cómo su investigación y habilidades podrían contribuir al éxito de la iniciativa.
Diario Gestion (24/09/2014)
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