Es importante definir la cobertura de mi seguro, porque si tengo la suficiente capacidad adquisitiva debería apostar por un seguro con ahorro, sostuvo Fernando Woodman, director de Prime Financial Advisors.
Muchas personas consideran que un seguro de vida es un gasto, lo cual demuestra que el concepto de tal lo tienen distorsionado, ya que prefieren gastar US$ 1,000 en un seguro de auto, pero lo más probable es que aquella persona no cuente con un seguro de vida, porque ignora que su costo sería menor y que gozaría de una mayor protección, afirmó Fernando Woodman, director de Prime Financial Advisors.
¿Necesito un seguro de vida?
Según Woodman, la primera pregunta que debo plantearme es si necesito un seguro de vida, y la respuesta depende de cuántas personas estén ligadas a mí, es decir, si tengo personas que podrían verse afectadas económica o financieramente si es que muero o tengo un accidente, entonces lo recomendable sería plantearme la decisión de contratar una póliza de seguro de vida.
Para el especialista, la segunda pregunta es cuánto debo destinar a tal seguro, y es que una persona debe estar asegurada entre 10 a 20 veces su ingreso anual, pero al final, la cobertura depende de cada uno.
“Una buena forma de determinar mi cobertura, es multiplicando mi ingreso por un número de años, o mis gastos por el número de años, y a eso restarle mis activos o lo que gastaré en la educación de mis hijos, y si hay un saldo cubrirlo con un seguro de vida”, acotó.
Después de definir mi cobertura -agregó- debo decidir si deseo un seguro que cubra cierto tipo de riesgo (de fallecer) o que tenga un componente de ahorro. En cuanto a los seguros que tienen el ‘plus’ de ahorro, la compañía se encarga de reinvertir dichos montos, y así, además de cubrir todo tipo de riesgo, genera rentabilidad.
En cuanto a las limitaciones de dinero, según Woodman, si eres una persona con bajos o medianos ingresos, convendría un plan de seguro barato que brinde una protección básica y temporal por un plazo determinado a 5, 10, o 30 años.
“La ventaja de este seguro es que la prima se congela a la edad que lo contratas y se mantiene fija todo el tiempo mientras la pagas, pero cuando se acaba el plazo del seguro se debe renovar con una prima mucho más alta”, agregó.
Según el especialista, el otro seguro que cubre un componente de ahorro, es más caro porque las compañías de seguro reinvierten a largo plazo tales montos, y así aseguran rentabilidades fijas o variables.
Este tipo de seguro nos saca de un apuro -aseguró- porque ante un eventual hecho negativo de pérdida de trabajo o cualquier emergencia, podremos hacer uso del dinero contenido en esta póliza, y lo mejor es que seguirá funcionando (debido al volumen de ahorro) sin que estés pagando por tal prima.
Asimismo, subrayó que los valores de la cuenta le pertenecen al asegurado, y puede hacer un sinfín de operaciones, como por ejemplo pedir un préstamo sujeto a una cierta tasa de interés.
Además, podría pedir un rescate parcial, es decir retirar una cierta cantidad del monto ahorrado -por concepto del seguro- pero disminuiría el valor del monto acumulado. Otra opción es pedir a la compañía aseguradora que cancele tal póliza y liquide los valores acumulados.
Woodman resaltó que este tipo de seguro es el más vendido en el mercado, y podría ser producto del buen marketing de las compañías para ofrecer estos productos que evidentemente, les generan mayor rentabilidad y comisiones más altas.
El especialista considera manejar con sumo cuidado este tipo de seguro porque pueden solicitarse con el único objeto de ahorro, y más adelante podría generar algunos desbalances. Así, aconseja que el objeto del seguro debe ser primordialmente el de buscar la seguridad y protección de la persona.
Además, opinó que le gustaría ver más competencia entre las compañías aseguradoras y así disminuir las altas tarifas -a comparación del mercado internacional- que nos tienen acostumbrados.
Situación en el Perú
La penetración de seguros de vida en el Perú es baja respecto a otros países de la región como Chile, Colombia, Argentina, o Brasil. Así, según Insurance Information Institute, en el 2013 se vendieron un total de US$ 1,400 millones en primas de seguros de vida, y esto significa unos US$ 46 per cápita, sostuvo Woodman.
“En Chile, la distribución per cápita para este tipo de seguros bordea los US$ 300, y en España los US$ 800. Por ello, la penetración en el Perú ha sido baja, pero ha ido creciendo en estos últimos tres años, porque antes se vendían US$ 500 millones de primas en seguros de vida, y ahora se ha triplicado esa cifra”, agregó.
Woodman aseguró que el mercado de seguros de vida en el Perú representa el 0.06% a nivel mundial, pero hace 4 años era 0.03%, por lo que demuestra un efecto creciente y positivo, pero todavía sigue siendo muy baja la penetración en el mercado, y es necesario impulsar su desarrollo.
Diario Gestión (02/06/2014)
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