Tomarse varias pausas durante la jornada y solicitar vacaciones más seguidas propician el alcance de los objetivos trazados, así lo sostiene una interesante línea de investigación científica.
Ante la necesidad de alcanzar un alto rendimiento laboral, la mayoría de profesionales decide saturar su agenda al considerar esta determinación como una vía hacia el logro de los objetivos perseguidos. Copar de un sinnúmero de tareas pendientes la jornada laboral es, para muchos, la manera más acertada de obtener reconocimiento. Craso error.
Una línea de investigación encabezada por John Medina, profesor de Bioingeniería de la Universidad de Washington y director del Centro del Cerebro para la Investigación en Aprendizaje Aplicado de la Universidad Seattle Pacific, rompe un viejo mito: Trabajar más para rendir mejor.
Según los estudios realizados, las pausas durante la jornada laboral son indispensables para conseguir los resultados esperados. “El cerebro no está hecho para funcionar por mucho tiempo a un ritmo intenso”, argumentó Medina al diario La Tercera.
Los 90 minutos claves
Los seres humanos completamos, de acuerdo al neurofisiólogo Nathaniel Kleitman, ciclos de 90 minutos de atención focalizada, concentración máxima o trabajo congnitivo intenso. Durante ese tiempo, el cerebro está en su total capacidad de mantener la atención, luego de transcurrido ese lapso inicia el empobrecimiento de la cognición.
Es natural que la persona se desconcentre o se vuelva menos productiva tras dedicar una hora y media a una actividad que requiere su total concentración. Por ello, la irritabilidad se da sobretodo cuando se fuerza al cerebro rendir más allá de su capacidad.
Por su parte. Anders Ericsson, psicólogo y profesor de la Universidad Estatal de Florida, reveló en 1993 una conclusión que ha cobrado relevancia en la actualidad: las pausas son tan importantes como las horas de práctica.
Luego de analizar la razón del desempeño de tres grupos de músicos: “mejores violinistas”, “buenos violinistas” y “violinistas regulares”, Ericsson concluyó que los violinistas expertos detenían su trabajo cada 90 minutos y, en total, no practicaban más de cuatro horas al día.
Para escribir sus tres primeros libros, Tony Schwartz, columnista de The New York Times, demoró un año en terminar cada uno de ellos. ¿El método? Se dedicó casi por completo a su trabajo: 10 horas al día. Más tarde, decidió escribir otros dos títulos. Lo hizo en solo seis meses. Su técnica cambió. Esta vez apostó por escribir durante 4 horas al día, al iniciar la mañana, así aprovechaba su máxima energía. En efecto, dar una caminata o realizar otra actividad relajante cada 90 minutos dio sus resultados.
Los investigadores han concluido que dedicar más de 90 minutos a una actividad que demanda atención focalizada produce tensión, esta incrementa aún más cuando la persona se encuentra en su ambiente de trabajo, dado que se está sometida a la evaluación del equipo.
Bastan intervalos de 15 minutos para hacer la diferencia.
Tips para un mejor rendimiento
Duerma una siesta: Aunque sea complicado de concretarlo, 60 minutos de siesta a la mitad del día son suficientes para que el organismo disminuya las consecuencias del estrés del trabajo.
No coma en el escritorio: Almorzar frente al computador no revela compromiso con su trabajo. Con eso usted echa por tierra una fuente importante de recuperación de energías. Su hora de almuerzo debe ser aprovechada al máximo. Procure relajarse durante ese lapso.
Mantenga su escritorio ordenado: El desorden nos afecta, aumenta la sensación de ansiedad y descontrol. La psicóloga Sherrie Bourg Carter asegura que el desorden desvía la atención, genera la sensación de que el trabajo no está terminado y produce culpa y vergüenza.
No postergue: No deje que las pequeñas tareas pendientes lo agobien. Cuando estas se acumulan, se tornan molestosas y “nos desgastan a través del tiempo”, dijo el médico estadounidense Michael Roizen al sitio médico WebMD. Haga esa llamada que quedó pendiente y responda cuanto antes dicho email.
Llame a sus amigos o comuníquese con ellos en las redes sociales: Durante su tiempo libre, no dude en ponerse en contacto con sus amigos, charle unos minutos con ellos. La sensación de bienestar incrementa con estas actividades.
Diario Gestión (01/03/2013)
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