La pérdida siempre genera un miedo y preocupación, pero puede convertirse en un impulso para lograr aquello que nunca se pudo y reinventar nuestros intereses, afirmó Enrique Roig, director general de Humana Perú.
Cuando una persona que dedicó mucho tiempo de su vida al trabajo se encuentra de repente en situación de desempleo, puede experimentar repercusiones positivas y negativas, pero todo dependerá del enfoque que le dé, aseguró Enrique Roig, director general de Humana Perú.
A nivel emocional pueden surgir muchas respuestas como ansiedad, tensión, angustia o preocupación, porque “las personas entienden mal las decisiones de una empresa, ya que éstas son dinámicas y se van actualizando con el tiempo, lo cual los lleva a prescindir de una persona”.
Según el psicólogo psicoanalista, toda pérdida asume un dolor, y el ‘proceso de duelo’ en un ejecutivo no debe ser eterno.
“El proceso de duelo tiene diferentes etapas. La primera (frente a la pérdida de un trabajo) es la negación, porque la situación genera impacto en su vida; la segunda, admite y negocia con la realidad, y es la más larga y dolorosa; pero la tercera, reedifica la situación. Y es ahí donde se genera una oportunidad de cambio y desarrollo”, acotó.
Roig sostuvo que muchos ejecutivos mantienen ‘el duelo’ por mucho tiempo, porque no supieron tener autonomía en su vida, es decir, dedicaron muchas horas a su trabajo y se convirtieron dependientes de tal, por lo que cuando sienten que lo pierden, la ilusión y expectativas se desvanecen.
La misma situación se evidencia en el proceso de jubilación, Roig reveló que muchos ejecutivos lo ven como una situación negativa, pero hay otros que lo ven como una oportunidad para hacer algo diferente.
“Generalmente, una persona próspera laboralmente, tiene la situación económica resuelta, por lo que la situación de retiro le genera una oportunidad de recomponer sus intereses y buscar nuevos retos, ofrecer experiencia y compartir conocimientos”, acotó.
El psicólogo resaltó que todo cambio genera miedo y es inherente a la vida, pero ese miedo puede convertirse en una ilusión y lucha, y con una buena actitud se lograrán resultados positivos. “Si el trabajo fue visto como una pasión y no como un sustento la perspectiva es otra”, acotó.
Diario Gestión (04/07/2014)
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