Según Tulio Pita, docente del CIDE-PUCP, hay más riqueza en las empresas, pero con menos capacitación educativa. La ignorancia marginal sube más que proporcionalmente a la informalidad en el Perú.
‘Optimización’ y ‘capacitación’ suenan como unas palabras muy técnicas, pero es muy importante que las pequeñas y medianas empresas las consideren para medir su productividad como una ‘ciencia de estudio’, porque de lo contrario se generará un ‘circulo vicioso’, aseguró Tulio Pita, docente del CIDE-PUCP.
Según el administrador de empresas, los emprendedores crecen cada vez más en el Perú entre las clases menos favorecidas, pero crecen tanto que ya no saben qué hacer, porque la mayoría se desarrolló bajo un modelo familiar, en la que las decisiones solo dependían del fundador (el padre).
En tanto, el consultor sostuvo que los pequeños empresarios necesitan de educación rentable y óptima, y para ello, deben investigar, buscar, y estudiar a la productividad como una ‘ciencia’.
Los índices de informalidad llevan más de 50 años en el terreno contable, pero los incentivos para su formalización no han crecido, dado que no hay un orden en su crecimiento. “Hay más de 3 millones de pymes en el Perú y la mayoría no está capacitada para tener una empresa”, acotó el especialista.
Para Pita, hay un desequilibrio entre el crecimiento de las pymes y el grado de capacitación educativa, ya que “hay más riqueza, pero con un poquito más de ignorancia marginal”.
“Muchas de las empresas no conocen las nuevas medidas laborales, y el Estado debe alentar la inversión en conocimiento de los dueños de tales. Además, debe existir una segmentación de grupos en la que las personas no solo busquen trabajar en las grandes compañías, sino busquen emprender un negocio”, acotó.
A propósito del paquete reactivador del Ejecutivo, la evasión de impuestos es una de las razones por las que las pequeñas empresas no formalizan, y por ello, se ha lanzado un paquete de medidas que podría beneficiarlos.
Las excesivas medidas tributarias merman su crecimiento, y por tal razón, “existen 3,500 mercados de abastos en el Perú, y en Lima 1250, los cuales ninguno de ellos tributa”.
Según Pita, cada ‘stand’ se vende entre US$ 15 y 20,000, lo que denota que sí tienen capacidad tributaria, pero el Estado debería impulsar su inserción en la formalidad y monitorear su crecimiento.
Asimismo, resaltó que se ha creado un ‘colchón informal’ muy grande en el Perú que no tiene vínculos financieros sanos. “Muchos de los créditos que se ofrecen están vinculados con un sector muy ‘golpeado’, ya que piden créditos para pagar otras deudas”, acotó.
En este escenario, el sector financiero debería apostar más por la innovación, es decir, otorgar créditos ‘innovadores’ que resalten el emprendimiento no solo de ‘startups tecnológicas’, sino que lleguen a todos los sectores y rincones del Perú.
“No se puede aplicar un mismo crédito para una empresa de la costa y la sierra, ya que las dos tienen necesidades diferentes, y el desarrollo de sus negocios estará supeditado al clima de la región”, acotó.
Además, recomendó que el Estado debe expandir el crédito innovador, porque siempre se ha dado bajo los mismos términos y sectores, y es momento de que las universidades inserten el aprendizaje de este tipo de créditos en sus currículas.
Diario Gestión (19/06/2014)
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