Empresarios del rubro señalan que afectará a cerca de 85 mil negocios
Al menos 12.500 hoteles y más de 72.000 restaurantes a escala nacional serían afectados por el proyecto de ley 4730-2010 CR, que plantea restituir obligatoriamente el recargo de consumo de 10% a favor del trabajador en restaurantes, bares, hospedajes y empresas similares.
Tal es la estimación de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), que precisó que, de aprobarse la propuesta hoy en el pleno del Congreso, esta limitaría la creación de nuevos hospedajes y restaurantes.
“Ocurre que el 92% de los negocios dedicados a este rubro son pequeñas y medianas empresas que no estarían en condiciones de elevar el costo de sus servicios para anexarle el 10% de recargo obligatorio a sus clientes, muchas podrían salir del mercado”, apuntó el presidente de Canatur, Carlos Canales.
A juicio del ejecutivo, la ley causará el crecimiento de la informalidad en el sector. “Si hoy mismo el Estado no tiene las herramientas para fiscalizar el trabajo de los hoteles y restaurantes, es imposible imaginar cómo podría hacerlo cuando muchos negocios prefieran no emitir boletas o facturas para evitar encarecer sus servicios”, explicó.
Vale recordar que este proyecto, también conocido como ley de propinas o ley de mozos, fue aprobado en la Comisión de Economía la semana pasada. Rafael Yamashiro (UN), presidente de este grupo de trabajo, informó a El Comercio que se le dio trámite sin mayor discusión, y que su análisis se postergó para cuando sea visto en el pleno. Su colega Jorge del Castillo (Apra), quien propuso la norma, aclaró que esta fue aprobada por la mayoría de miembros de la citada comisión tras dos días de estudio.
Del Castillo añadió que desde el gobierno de Alberto Fujimori ni los restaurantes ni los hoteles son fiscalizados por el pago de propinas y bonos extras a sus trabajadores, en gran parte porque esta no es una obligación legal.
“Por cierto, aunque el máximo por entregar a los trabajadores actualmente es el 13% de las ventas de cada negocio, la verdad es que ese monto puede reducirse a 10%, 8% o hasta nada”, puntualizó.
La idea de su proyecto –dijo– es que se estipule un 10% fijo de recargo a favor del trabajador, y se fiscalice su cumplimiento a través del Ministerio de Trabajo.
¿FISCALIZACIÓN?
La fiscalización, sin embargo, no necesariamente se puede hacer a través de una ley, según Fredy Gamarra, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines (Ahora).
El empresario sugirió la verificación a través de los documentos de pago que emite cada negocio, y a través del reporte de sus movimientos bancarios. “La mayoría de hoteles y restaurantes grandes, de costo medio y alto, ya cumple la repartición del 10% de sus ventas a sus trabajadores”, destacó Gamarra. “Ellos no necesitan una ley que los obligue, ya lo hacen y eso lo pueden verificar tanto el Ministerio de Trabajo como la Sunat”.
Lo mismo no ocurre –se lamentó el empresario– con las pequeñas y medianas empresas, que sí serían severamente afectadas.
Otra de las críticas al proyecto de ley corresponde al hecho de que ese mentado 10% a favor del trabajador no sea así de exacto. De acuerdo con el dossier correspondiente, el 1,5% de esa cantidad se destinaría a la capacitación de los trabajadores, mientras que un 0,5% sería entregado a la Federación Nacional de Trabajadores de Hoteles y Ramos Similares.
“Un gremio nada representativo”, según la opinión de Canatur.
Flavio Mozo, titular de esta federación, declaró que el 0,5% no es prioridad, y que bien pueden dejar de cobrarlo. “Lo importante –precisó el dirigente– es que los empresarios dejen de negociar las propinas como parte del sueldo de un trabajador”.
Hoy un mozo, por ejemplo, gana un mínimo de S/.600. Sus propinas no son tomadas en cuenta para beneficios como las gratificaciones.
En busca de la propina exacta
Lo más importante de esta discusión, a juicio de Magín Pérez, especialista en gestión de hoteles y restaurantes, es regular el pago exacto de un porcentaje de las ventas a favor de los trabajadores.
“Ahora, amén de los negocios grandes, un empresario muy bien puede decidir no pagar ningún extra a sus empleados”, añadió.
En cuanto a la precisión de Canatur, que estimó la afectación de ingresos por cerca de S/.40 mil millones anuales correspondientes a este tipo de negocios turísticos, Pérez aclaró que este monto depende sobre todo de las grandes compañías, “que son un 20% del total, pero que mueven el 80% de la economía del sector”.
El tema de las propinas es vital en este rubro, apuntó. “En los cruceros, por ejemplo, un sueldo fijo puede ser US$50, y con las propinas alcanzar los US$4.000”, finalizó.
LAS CIFRAS
13% del total de las ventas es el máximo que un empleador de hotel o restaurante puede repartir hoy entre sus trabajadores, bajo un sistema de puntuación acordado previamente y que premia la mejor atención a los clientes. Este es un pago facultativo que no se fiscaliza.
US$1.600 puede llegar a ganar un mozo en Lima si suma su sueldo básico y las propinas ganadas durante el mes. Esto, en los negocios de medio y alto costo. Las pequeñas y medianas empresas a escala nacional no suelen pagar extras. Hacerlo podría sacarlas del mercado.
Diario El Comercio (16.06.2011)
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