Vivimos en una época de cambios demasiado rápidos y a veces caóticos. Estaba en un error aquel que alguna vez predijo que “todo lo que se podría inventar ya se había inventado”, nada menos cierto.
Hoy todo está en movimiento, desde la forma de hacer transacciones, las formas de relacionarnos y lo que entendemos por familia.
No obstante, las habilidades básicas que conducen a la dignidad, libertad y confianza y amor entre las personas tienen carácter permanente en el corazón de las relaciones humanas satisfactorias. Es algo que siempre estuvo entre las metas humanas pese a las circunstancias y de los grandes avances tecnológicos.
Vínculo emocional y liderazgo
Las organizaciones son comunidades de seres humanos. Tienen por definición en su esencia las relaciones interpersonales. El concepto de liderazgo ha evolucionado desde modeles que han enfatizado desde los rasgos de personalidad del líder hasta otros que se basan en la relación entre un líder y su equipo.
Hoy, podemos considerar el liderazgo como la capacidad de crear una comunidad humana para crear un futuro. Es decir, al liderazgo no lo podemos centrar en los talentos y atributos de una persona en particular, sino en una relación entre personas.
Cabe decir que es una habilidad social que se tiene para establecer conexiones entre las personas y lograr objetivos y metas. Ello implica que las habilidades que se requieren para dirigir personas tienen un polo muy diferente al que tradicionalmente se ha asociado al liderazgo.
Podemos apreciar que una visión moderna del liderazgo deba considerar como elemento sobresaliente la inteligencia emocional. El líder emocionalmente inteligente cuenta con las competencias para influir en otros por medio de la gestión de las relaciones, comunicándoles de manera efectiva el beneficio y las ventajas de encaminarse a la visión planteada.
Además tiene la capacidad de inspirar y convencer a otros y pone en práctica su creatividad al alinear la visión común con la posibilidad de desarrollo y crecimiento con cada uno de los miembros del equipo.
Un líder inteligente emocionalmente es capaz de obtener lo mejor de las personas que colaboran con él, favoreciendo su crecimiento y creatividad. Abriendo múltiples vías de acción que inevitablemente conducen no solo a la prosperidad de cada miembro del equipo sino de la organización.
Temido o querido
Los gerentes amables son considerados como débiles y tolerantes de errores. Por lo contrario los denominados gerentes duros que amenazan a sus colaboradores son vistos como gerentes estrella que saben hacer funcionar el látigo para lograr sus metas.
Entonces, ¿Es posible ser amable y atento junto con lograr altas metas de desempeño y ganancias en una empresa?
Según Chade-Meng Tan de Google es posible ser duro, exigente, a la vez que amable y compasivo. Sostiene estas características no son mutuamente excluyentes.
Diario Gestión (25/08/2014)
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