Más allá del CV y las habilidades laborales, tu lenguaje corporal es determinante para tener una exitosa entrevista laboral. Aquí, lo que debes hacer y lo que hay que evitar en esta situación.
En una entrevista laboral, tu currículum y experiencia no son los únicos determinantes para conseguir el puesto de trabajo. Tus habilidades sociales y lenguaje corporal también juegan un rol importante, pues los entrevistadores se fijan en ciertos detalles que revelan el carácter y actitud del postulante.
Sin hablar, ya se entrega una buena cantidad de información. Y existen numerosos estereotipos respecto a la comunicación no verbal. Por ejemplo, cruzarse de brazos puede significar que se busca protección o sentarse en el borde de la silla implicaría inseguridad.
De acuerdo con el medio chileno La Tercera, Joyce Veloso, associate director de Page Executive, advierte que lo importante es asumir “que todo lo que hacemos gestualmente se puede observar y debemos ser dueños de algunos de estos gestos a la hora de ser entrevistados”.
Así, Veloso recomienda mirar al entrevistador en forma directa, mantener el control de la entonación o vibración de la voz, mover los brazos para acompañar la comunicación, y evitar un uso excesivo de las manos al hablar.
Al asistir a una entrevista laboral, también es importante exhibir una buena disposición para responder preguntas y actitudes de escucha activa.
“Se entiende que puede existir ansiedad, pero lo relevante es que el postulante se haya informado previamente sobre su postulación, el cargo al cual podría acceder dentro de la organización y los antecedentes de la empresa, lo que le permitirá dar una buena argumentación respecto de su motivación para postular a la posición”, dice Anita Jirón, subgerenta de Personas de Manpower Chile a La Tercera.
Los gestos o actitudes deben ser formales o semiformales. Y eso incluye la manera de vestirse y sentarse ante el entrevistador. De acuerdo con el medio chileno, lo correcto es posicionarse con la espalda erguida y las manos sobre la mesa, responder lo que se pregunta sin evasivas y con ideas claras y precisas, y demostrar un amplio conocimiento del propio currículum.
Por el contrario, los “pecados mortales” que puedes cometer son tener una actitud desafiante, mostrarte distraído o poco interesado, contestar el celular en una situación de evaluación sin aviso previo o salir de la habitación sin dar una explicación.
Asimismo, otro error es caer en respuestas cortas que no aportan antecedentes interesantes para dilucidar si el candidato tiene el perfil buscado. Sandra Fritz, jefa del Area Evaluación de Mandomedio, sostiene para el medio chileno que los empleadores valoran que el candidato comparta información relevante sobre su experiencia profesional.
Diario Gestión (27/05/2014)
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