Aunque un plan de trabajo contenga una gran cantidad de errores, el especialista Todd C. Williams recomienda revisarlo pero no desecharlo, ya que si es esencial, la empresa debe encontrar la forma de salvarlo.
No todos los proyectos de trabajo que se han desviado de los objetivos merecen ser arrojados a la basura. Todd C. Williams, autor de Rescue the Problem Project: A Complete Guide to Identifying, Preventing, and Recovering from Project Failure, está convencido de que si la herramienta que se trata de construir es esencial, entonces vale la pena arreglar el proyecto.
Él enfatiza que en esos casos hay “sentido financiero” para perseverar. A continuación, sus cuatro sugerencias claves, que fueron recogidas por Fortune:
1. Detener el juego de la culpa. En cualquier fracaso, una gran parte de la responsabilidad en realidad pertenece a la alta dirección, por no proporcionar una dirección clara, o no seguir el proyecto con suficiente atención, o ambas cosas. Cuando se identifica eso, los jefes están más dispuestos a cambiar el tono de la discusión a buscar soluciones en lugar de asignar culpas.
2. Enfócate en los hechos. Los datos reales son el mejor aliado. Es necesario profundizar en los detalles de qué salió mal exactamente en cada etapa, y por qué. Llegar al fondo de cada punto del fracaso es como pelar una cebolla.
Es importante no dejarse llevar por cualquier opinión o suposición que no pueda ser verificada. “Muchas veces la gente nos dice: ‘Cuando hagas la auditoría de este proyecto, encontrarás que el problema era éste’”, dice Williams. “Mi respuesta es: ‘Déjame hacer la auditoría primero y ya veremos”. Cada vez que algo ha salido mal, hay una tendencia a saltar hacia las conclusiones y eso es un error.
3. Mantén el mismo equipo. Si decides cambiar toda la dirección del proyecto, puede que tengas que reclutar a personas con habilidades diferentes. Pero si el objetivo estratégico es el mismo que antes, no despidas a nadie. En la mayoría de los casos, es necesario cambiar lo que el equipo está haciendo, no quién lo está haciendo.
4. Comunícate frecuentemente y de forma clara. Como líder del proyecto, dice Williams, “necesitas asegurarte de que todos entienden lo que están construyendo y por qué, y hacer que todos se muevan en la misma dirección.
“Esto puede sonar obvio, pero una causa frecuente de fracaso son las personas bien intencionadas que toman decisiones que afectan a la totalidad del proyecto, porque no le han consultado al resto del equipo en primer lugar”, menciona el especialista.
Especialmente, en las primeras etapas de una reestructuración, es posible que tengas que hacer más trabajo de microgestión del que quisieras, sólo para asegurarte de que eso no suceda.
Diario Gestión (03/12/2013)
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