Se trata de una gran responsabilidad. Un mentor debe creer y comprender a su aprendiz, tanto personal como profesionalmente. Los mentores ayudan a llenar los vacíos de conocimiento y buscan oportunidades para ayudarle a su pupilo salir adelante.
Al invertir en otros, el mentor también invierte en sí mismo, pues aprende de los demás. La mezcla de habilidades entre tutor y aprendiz puede ser complementaria.
“Tener una sólida red de aprendices puede ayudarle a encontrar y cultivar varias estrellas nacientes”, dice el especialista en coaching Ryan Kahn para Forbes.
¿Quiere ser un gran mentor? Conozca 8 cosas que usted deberá hacer:
Siempre juegue ambos roles. La capacidad de ponerse en el lugar del otro debe ser adoptada por un verdadero mentor. Así también, comprender las funciones de los aprendices y confiar en ellos. Todos debemos aprender de los demás (en el papel aprendiz) y enseñar a otros (por ser el mentor) a lo largo de nuestras carreras.
Mantenga el compromiso. Ser mentor es un compromiso permanente. Cuando usted acepta ofrecer su ayuda a otra persona para que alcance determinados objetivos en el campo laboral, entonces es indispensable mantener la promesa de estar al lado de su aprendiz hasta cuando sea necesario.
Su pupilo puede ser cualquier persona. En la era de la economía del conocimiento, la mentoria puede aplicarse en diferentes situaciones, y con distintas personas. La relación mentor – aprendiz no siempre será equivalente a adulto – joven. Se trata de complementar las carencias de cualificaciones y ayudar a cada persona a aprender y crecer.
Sin ser indispensable contar con 40 años encima, un mentor es alguien con suficientes conocimientos acerca de un tema en particular, sobre el cual necesita nutrirse otra persona para tener éxito.
Hoy en día, las industrias son interdependientes y empleados de todos los niveles no pueden darse el lujo de conformarse con sus propios conocimientos, ajenos a lo que ocurre en otros campos.
Las empresas se han dado cuenta de que cuando la gente de diferentes posiciones con diferentes habilidades se reúnen para debatir e intercambiar ideas, se producen avances. La capacidad de extraer conocimiento de diversas esferas es muy apreciado.
Escuche. Para proporcionar asesoramiento, es fundamental escuchar y así entender la situación de la otra persona a cabalidad. Escuchar atentamente a un aprendiz hace posible conocer -a la perfección- las piezas del rompecabezas para ayudarlo a ordenarlas.
Nutra su red de contactos. Para ser mejor mentor, necesita continuar construyendo una sólida red de contactos y pedir la opinión de las personas de su confianza. Hoy en día, es fundamental propiciar nuevas relaciones y recabar información de una gran variedad de expertos en todos los sectores. Así, podrá encontrar nuevas oportunidades para prestar ayuda a sus pupilos.
Mente abierta. Cuando ponga sobre la mesa el debate en relación a un tema determinado, los demás no podrán ponerse de su lado hasta que estén convencidos de que usted los ha escuchado atentamente. En tanto, es necesario comprender las necesidades del aprendiz para proporcionar la orientación correcta. Para ser un buen mentor, se requiere un alto nivel de empatía.
Paciencia. Al igual que la paternidad, la tutoría también resulta satisfactoria. Es necesario tener paciencia durante el proceso de instrucción. Recuerde que la dirección requiere una apuesta por la crítica constructiva, aunque esta sea un poco difícil de asimilar por parte de la otra persona. Las soluciones rápidas y fáciles distan, en la mayoría de oportunidades, del camino correcto por el cual usted deberá orientar al aprendiz.
Sea un modelo a seguir. Como mentor, la mayoría de personas siempre estará evaluando sus acciones, actitudes y conducta. Aférrese a un comportamiento adecuado, sin perder la autenticidad. No tiene por qué convertirse en alguien riguroso.
Diario Gestión (20/05/2013)
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