Durante este año, se deshicieron de 478,533 plásticos que tenían en el sistema financiero. Sin embargo, luego de una etapa de cautela, los bancos salen a captar más clientes para colocar más tarjetas.
Aunque las encuestas muestran que para la mayoría de personas la crisis ha pasado desapercibida, en el ámbito financiero han avanzado con pies de plomo, muy precavidamente.
Una clara evidencia es el menor endeudamiento con tarjetas de crédito observado en el transcurso del año. En promedio, las personas redujeron sus deudas con plásticos en 8%, estimó el vicepresidente de tarjetas de crédito de Interbank, Miguel Uccelli.
“Sigue habiendo un número importante de tarjetas de crédito, pero la gente ya no se endeuda al ritmo del año pasado. Con la recesión, compran menos, y como siguen pagando su tarjeta puntualmente, todo el sistema se va desapalancando”, añadió.
Fernando Durán, gerente de tarjetas de crédito y medios de pago del Banco Financiero, corroboró estos datos y agregó que, en los primeros diez meses del año, el saldo de los préstamos con tarjetas apenas creció un 0.8%, en contraste con el incremento de 27% reportado por la banca el año pasado.
Menos plásticos
No solo las personas actuaron con prudencia y evitaron, en lo posible, tomar más créditos. Según el ejecutivo, los bancos también quitaron el pie del acelerador y fueron más cautos en prestar, para evitar dos cosas: que los clientes se sobreendeudaran y un mayor deterioro en la calidad de los créditos.
A ello se sumó el que los clientes usaran su compensación por tiempo de servicios y gratificaciones para prepagar sus tarjetas, principalmente entre mayo y julio.
Entonces, no es casual que en el último año –hasta setiembre-el número de tarjetas de créditos de bancos y financieras se haya contraído en 478,533, hasta llegar a 6.3 millones.
Futuro diferente
Sin embargo, los bancos coinciden en que hoy se vive una etapa de transición, en que las personas comienzan a dejar la cautela para abrazar un optimismo que se cimienta en la esperanza de que la economía ya empezó a recuperarse.
“Hasta el tercer trimestre, la facturación de tarjetas de crédito se mantuvo plana, pero ahora que las personas hagan su presupuesto, viendo el próximo año con más optimismo, gastarán más”, dijo Uccelli.
Uno de sus referentes son las tarjetas de crédito que se usan en los supermercados Plaza Vea –del grupo Interbank-, cuyo crecimiento en los últimos meses “nos ha puesto muy contentos”.
No menos optimista, Durán observa, a partir de noviembre, un mayor dinamismo de los bancos por salir a captar tarjetas de créditos, imbuidos por una mayor confianza en la recuperación económica y la demanda.
Mes clave
“Los bancos no van a desaprovechar la oportunidad para mover sus saldos, pese a que todavía hay cierta cautela. Saldrán a buscar clientes y a motivar el consumo. Esto y el optimismo de la gente harán crecer al mercado”, afirmó.
Comparte la idea de que el mayor dinamismo se verá en las tarjetas de los bancos que operan en las tiendas por departamentos (Saga, Ripley), y en supermercados, además de marcas compartidas como Carsa (con el Banco Financiero).
Para el 2010, esbozó: “El temor de los consumidores a la crisis está quedando atrás, pero mucho dependerá del dinamismo que se observe en diciembre”.
Número primo
3% sería el crecimiento de los préstamos con tarjetas de crédito este año, según el Banco Financiero.
Menos plásticos
Las personas, en promedio, ya no cargan en su billetera siete tarjetas como antes, sino solo tres, indicó el gerente de tarjetas de crédito y medios de pago del Banco Financiero, Fernando Durán.
“Hace muchos años, el cliente se llenó de tarjetas de crédito, pero hoy, empujado por las instituciones financieras y su misma cautela, han hecho optimización en el número de plásticos que manejan”, sostuvo.
“Tenían siete plásticos y solo usaban cuatro o tres, las otras que no utilizaban y guardaban fueron canceladas. Las compras de cartera (consolidación de deudas de varios bancos en uno solo) y otras medidas han producido una limpieza de las tarjetas que no se usaban”, agregó.
Refirió que ahora los clientes solo tienen tres tarjetas activas con saldo. Una de ellas es la principal, con cerca del 50% del endeudamiento, y las otras dos sirven de soporte.
“La racionalidad en el uso de las tarjetas de crédito se ha impuesto”, subrayó Durán.
Diario Gestión (23.11.2009), Pág. 2
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