Muchas empresas peruanas no suelen sobrevivir tres años después de su fundación. No solo es un problema de barreras del entorno y del mercado que no pueden superar por factores de financiamiento, sino que estas debilidades están sobre todo en la estructura y la gestión del negocio.
Sandra Valdivia, representante del Centro de Desarrollo Empresarial Sostenible de IPAE, dice que la mayoría de negocios fracasa por no tener información de su público objetivo. Esa deficiencia hace que no se enfoquen en un nicho del mercado poco aprovechado y que más bien se dediquen a uno en el que abunda la competencia.
La especialista asegura que un producto bueno siempre va a tener aceptación en el mercado, pero lo que viene luego es hacerlo más interesante para que no decaiga en el tiempo. En este punto es importante una palabra: planificar. Las empresas pueden haber nacido pequeñas, pero lo fundamental es saber hacia dónde quieren llegar. “Es increíble que empresas ya estructuradas no tengan un control financiero básico”, dice.
Alertas y Riesgos
Sandra Valdivia afirma que en los sectores en los que hay procesos productivos más complicados, carecer de habilidades técnicas y empresariales hace que el negocio sufra tropiezos. Además, porque se involucra un alto nivel de inversión. Hay un mayor riesgo aquí que en un negocio de servicios.
¿Pero cómo se puede alertar un mal funcionamiento para corregirlo? Valdivia dice que las caídas suelen ser superables, pero dependen del momento en el que ocurran. Los mayores problemas pasan en el área financiera, especialmente en el flujo de caja. Pero también en la gestión del personal. Por ejemplo, si no se cuenta con los recursos humanos adecuados para las tareas de la compañía y también si se subvalúa el talento de la gente encargándole funciones poco estratégicas.
Una empresa que aunque haya crecido siga dependiendo de las decisiones de su fundador y no de un equipo de profesionales especializados es más probable que pase por problemas. “Se notan más las falencias en las empresas que crecen y aún así no tienen áreas básicas para su negocio, por ejemplo si una metalmecánica no tiene un área de diseño”, dice Valdivia. A esto hay que sumarle la inversión en capacitaciones, algo que no se debe ver como un gasto.
Diario El Comercio (29/06/2014)
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